Mientras la expansión del coronavirus continúa, laicos y religiosos católicos han tratado de proporcionar ayuda y cuidado pastoral a todos los que están vulnerables de ser afectados por su propagación.
En China continental, el número de personas fallecidas por el coronavirus es de 2.004 y más de 74 mil infectados en el país. La Comisión de Sanidad de China informó el martes que hay 11.977 casos graves y que 14.376 personas se han sanado.
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JInde Charities, un grupo católico reconocido por el gobierno en China ha provisto $132 millones en ayuda para apoyar el tratamiento médico, ropa protectora, máscaras de emergencias, gafas y desinfectantes.
"Dado que la epidemia sigue siendo severa, la provisión de suministros médicos como ropa protectora y máscaras a los hospitales designados continúa siendo una de las principales prioridades", dijo la organización benéfica según un comunicado del 12 de febrero.
"A la fecha, toda la sociedad, incluida la Iglesia Católica en China está luchando contra la epidemia para salvar personas", declaró.
El P. John Baptist Zhang, director de Jinde Charities, dijo que hay más trabajo por hacer e instó a la Iglesia Universal a proveer de más ayuda.
"Necesitamos hermanos y hermanas de la Iglesia Universal que se unan en la lucha contra la plaga de la raza humana haciendo uso de la fuerza universal de la Iglesia Católica y donando fondos y suministros médicos", dijo, de acuerdo a UCA News.
El Vaticano ha donado 700 mil mascarillas desechables para respirar a principios de este mes.
La nueva cepa del coronavirus, originada en Wuhan, provincia de Hubei en China, puede causar fiebre, tos, y dificultad para respirar. En algunos casos, puede llevar a cuadros de neumonía, insuficiencia renal, y síndrome respiratorio agudo severo.
La mayoría de casos reportados de COVID-19, una enfermedad respiratoria causada por el coronavirus, están en China, pero el virus se ha expandido a 26 países, con al menos 600 casos fuera de este país.
Numerosos gobiernos han impuesto firmes restricciones para viajar y más de 780 millones de personas en China están enfrentando algunos tipos de restricciones para movilizarse.
Además, varios países se negaron a dejar ingresar turistas que han estado en China.
El crucero Westerdam permaneció en el mar durante casi dos semanas adicionales, después de visitar Hong Kong, una ciudad con unos 50 casos de coronavirus.
Cerca de 1.455 pasajeros y 802 miembros de la tripulación, entre los que estaba un sacerdote del Apostolado del Mar de los Estados Unidos de América, se encontraban en el crucero sin poder salir. El sacerdote, que pidió permanecer en anonimato, brindó servicios espirituales y de asesoramiento a los pasajeros.
Doreen M. Badeaux, secretario general del Apostolado del Mar, dijo a ACI Prensa que los pasajeros estaban muy asustados, por ello, el sacerdote decidió "escribir una novena por el coronavirus y los que asistieron a Misa diaria en el crucero comenzaron a rezar la novena todos los días".
Además de hacer Misa diaria y escuchar confesiones, el sacerdote también ofreció servicios de asesoramiento y atención pastoral a cualquier pasajero, independientemente de su fe.
"Durante un tiempo de mucha tensión como este, es muy importante tener un sacerdote a bordo. La tripulación del crucero siempre tiene que ser profesional y no mostrar su propio estrés o preocupación a los pasajeros. Pero con el sacerdote, la tripulación se puede relajar y hablar con franqueza, sabiendo que él no contará lo que le confían", dijo Badeaux.
"Yo creo que él recuerda a las personas que se tranquilicen, oren y piensen en las personas alrededor de ellos, que se den cuenta que todos están literalmente 'en el mismo bote', y que sean pacientes en este proceso", agregó.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente por CNA