Javier Rodríguez, director del Foro de la Familia, explicó en una entrevista concedida a La Contra TV la importancia del "consentimiento explícito", también llamado "pin parental" a la hora de "garantizar el derecho a la educación de los menores".
Según explica, "en un escenario ideal en materia de enseñanza reglada, con un sistema de enseñanza que sí garantizase el derecho de educación de los menores, respetando todas las libertades implicadas, de los profesores, de los centros educativos, de los padres y de los menores, no haría falta estas medidas".
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Sin embargo, apuntó que "el problema de educar en valores es que por su propia definición son valorables, opinables, depende de la interpretación que se dé a un valor en concreto puedes enseñarles en un sentido u otro", y que el conflicto surge cuando se impone "un criterio específico opinable sobre contenidos morales", ya que puede que la familia "no comparta esa interpretación sobre ese mismo valor".
Algo que se complica cuando "se adopta desde una ideología concreta un punto de vista determinado de ese valor. Ahí hay pluralidad de opiniones y por eso hay que respetarlas todas, siempre que sean legales y legítimas", aseguró el director del Foro de la Familia.
"Quien tiene un interés fuerte en inculcar una serie de contenidos concretos a menores, será más reacio a que se le pongan trabas para conseguir el objetivo", aseguró y señaló que se "presentan a las familias como enemigas de los valores o a los centros educativos que no aceptan enseñar cierto tipo de contenidos, como enemigos de los poderes públicos".
Además subraya que prefiere hablar de "consentimiento expreso para contenidos morales en los que no hay un consenso en la sociedad y no se pueden imponer a los menores si hay un conflicto".
"El pin parental, o consentimiento informado, es un parche para salvaguardar la libertad en los conflictos determinados, que serán puntuales o no, dependiendo del nivel de agresividad en la imposición de estos contenidos claramente no neutrales", subrayó.
El director del Foro de la Familia destacó la importancia de tener "un sistema de enseñanza que sí respete todas las libertades", ya que según la Constitución española en la enseñanza pública todos los contenidos deben ser "ideológicamente neutrales tanto en el currículo como en las actividades extracurriculares o complementarias", mientras que en los centros que tienen un ideario y proyecto pedagógico concreto, "los contenidos deberían ajustarse a ese ideario".
En ese sentido insistió en que cuando se dieran conflictos en estas materias concretas, "que afectan a la índole moral", se deberían resolver "contando con las familias y en colaboración con los centros educativos".
Por eso subrayó la necesidad de "mejorar" la garantía de "la neutralidad de todos los contenidos de la enseñanza pública, y que todos los contenidos que se den en colegios con idearios propios, sean acordes con ese ideario".
Rodríguez recordó que la educación de los hijos es "el pilar fundamental" de la responsabilidad de los padres de criarles, "lo dice la Constitución y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, además de muchos otros tratados y demás jurisprudencia".
"No podemos perseguir un sistema de enseñanza que enfrente a los padres con los poderes públicos o a las familias contra los centros educativos, hay que ir de la mano porque estamos hablando de la educación de los menores, algo en lo que todos estamos interesados en que sea de la mejor manera y máxima calidad posible", aseguró.