Mons. Braulio Rodríguez, Administrador Apostólico de Toledo (España), habló en su carta semanal el debate sobre la posible legalización de la eutanasia en España, y advirtió que es un "pecado grave y dañino", y totalmente contrario a un "signo de civilización".
El Prelado explicó que la eutanasia no es algo nuevo sino que "la petición de eutanasia por parte de los enfermos que sufren consta desde el principio de la medicina, puesto que ya figura en el Juramento Hipocrático el rechazo explicito del médico a practicar esta petición" y por eso subrayó que de esto se deduce que "sencillamente que el médico está para curar".
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"Y mientras llega la muerte tras haber recibido el paciente los cuidados paliativos convenientes, el médico y los profesionales sanitarios ayudan al paciente, junto con la familia, a la aceptación de su muerte, sin encarnizamiento terapéutico. Pero médico y paciente han luchado por mantener la vida hasta donde es posible", dijo.
En ese sentido, el Prelado cuestionó que la aceptación de la eutanasia sea "un signo de civilización" o "un derecho humano" y por eso la calificó como "un pecado grave y dañino", y "justamente lo contrario" a signo de civilización.
"Ni la eutanasia ni el suicidio asistido hacen a la sociedad mejor ni más libre, ni son expresión de verdadero progreso. Eso es lo que se quiere ofrecer a la sociedad española, como si no tuviéramos problemas más urgentes que solucionar", aseguró.
Además insistió en que la legalización de la eutanasia sería una ley "de un capitalismo salvaje, donde prevalece el dinero que la ley ahorrará al Estado o la sanidad pública".
También insistió en que "el ser humano no pierde la dignidad por sufrir" y que "no se trata de sufrir por sufrir" y que "hay que cuidar al que sufre".
"Por ello mismo es contradictorio defender la eutanasia en una época como la nuestra, en la que la medicina ofrece alternativas, si se utilizan los cuidados paliativos, como nunca hasta ahora", destacó y precisó que "no hace falta recurrir a un ensañamiento terapéutico" sino que "basta con habilitar más camas y atención para que sea posible los cuidados suficientes para que una persona viva y llegue a su muerte con paz".
Además, recordó que no hay nada más pernicioso que "introducir razones ideológicas para justificar la eutanasia" y aunque esté "en el programa político de varios partidos" advirtió que "cumplir ese programa es extremadamente grave y denota poca atención a lo que está viviendo la gente"
"Aunque se utilicen argumentos que parecen humanos, son antihumanos, porque atentan contra la dignidad humana", aseguró Mons. Rodríguez.
También achacó al crecimiento de las "actitudes eutanásicas" a la conjunción de "los avances de la ciencia en la prolongación de la vida de hombres y mujeres" junto al ambiente cultural que "considera el dolor y el sufrimiento como males, que se deben eliminar a toda costa".
Además explicó que la eutanasia tampoco es aceptable para quienes no tienen una visión trascendente porque "¿acaso para los que no creen la persona deja de tener su dignidad? Sería triste que se utilizara solo el criterio de la increencia para defender la eutanasia y el suicidio asistido" y por eso animó a "debatir mucho en este campo y no basarse solo en mayorías parlamentarias, sin buscar otras soluciones, que en este tema existen".