Como parte del mes de la Virgen de Lourdes y la Jornada Mundial del Enfermo, el Arzobispo de Madrid animó a los fieles a andar sin miedos y confiar en el Señor como María para anunciar el Evangelio apasionadamente.
En el marco de la celebración de la Jornada Mundial del Enfermo y la fiesta de la Virgen de Lourdes a celebrarse el 11 de febrero, el Arzobispo de Madrid, Carlos Osoro Sierra, dedicó unas palabras de reflexión en su carta "Apasionados por Cristo", para alentar a vivir apasionadamente la misión evangelizadora, poniendo como centro a María, quien "ofreció la vida para entregar a este mundo un proyecto en el cual todos nos necesitamos".
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El Purpurado recordó que por el Bautismo "somos de Dios y para Dios", por ello "somos para los demás y no para nosotros mismos". Dijo que cuanto más se realiza esta entrega, el hombre se conoce a sí mismo y eso le permite verificar su entrega a Cristo.
El Purpurado invitó a "caminar por la vida con esta certeza, dándole rostro con nuestra vida, que todos perciban que Él es quien dirige nuestra existencia y nos hace vivir y hacer cosas admirables".
"'Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante Él por el amor'", recordó el Cardenal Osoro.
En ese sentido, el Purpurado recordó que en los primeros momentos de la Iglesia, los apóstoles, luego de recibir el Espíritu Santo y la orden de anunciar el Evangelio, "salieron a esparcir la luz de Cristo por el mundo", dispuestos hasta a dar la vida.
Los apóstoles salieron "con gran alegría, con una fe inquebrantable, llenos de esperanza a pesar de las dificultades que tuvieron y con la fuerza inconmensurable del amor, salieron a decir a los hombres que habían encontrado lo que más necesita el ser humano", agregó.
La Virgen María es quien entendió mejor este mensaje, pues demostró con su vida qué es una entrega apasionada a todos los hombres, sin guardar nada para ella, "por eso Jesús quiso que todos la recibiéramos como Madre que alienta y quiere". Ella "nos ofrece la serena certeza de que Dios está junto a nosotros, como lo estuvo a su lado", dijo el Purpurado.
El Cardenal Osoro alentó a todos los fieles a ir al encuentro del hermano para amar al prójimo como a uno mismo, especialmente "en estos momentos de la historia, que tiene sus tinieblas y oscuridades".
Se "requieren discípulos apasionados; es decir, sostenidos por la certeza de que Nuestro Señor cuenta con nosotros. Andemos sin miedos. Fiémonos del Señor", para "anunciar que la vida del hombre es valiosa en el proyecto de Dios", señaló.
Finalmente, invitó a reconocer las maravillas de Dios en la historia personal, para conocer el propio llamado, así como recordar siempre a los más pobres y a mostrarnos cercanos y regalar misericordia a todos para demostrar que el proyecto de Dios merece la pena.