Los líderes católicos en Australia lanzaron una iniciativa para coordinar la respuesta frente a los desastres naturales, y cuyo objetivo más próximo es ayudar a los afectados y damnificados de los incendios forestales que devastaron inmensas extensiones de tierra.
"Nuestra respuesta a los incendios forestales y la sequía que los ha exacerbado, ha demostrado una vez más el poder colectivo de la Iglesia Católica para responder a los desastres en todo tipo de formas", dijo el Arzobispo de Brisbane, Mons. Mark Coleridge, presidente de la Conferencia Episcopal Australiana, en una declaración emitida el 28 de enero.
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La Conferencia Episcopal, junto a otras organizaciones católicas como Catholic Religious Australia, Catholic Social Services Australia y la National Catholic Education Commission bautizaron a la nueva iniciativa como CERA (Catholic Emergency Relief Australia). Con esta se coordinarán los esfuerzos de ayuda de las organizaciones católicas tras un desastre.
La iniciativa proviene de los esfuerzos a nivel nacional para apoyar a los afectados por los más de 80 incendios forestales que continúan sucediendo en Australia. Las condiciones cálidas y ventosas han frustrado los esfuerzos de los bomberos para extinguir las llamas. Según la BBC, más de 33 personas han muerto y más de 9 millones 700 mil hectáreas han sido destruidas desde septiembre.
Mons. Coleridge dijo que la acción de la Iglesia ante los incendios ha llevado a un plan para dar una respuesta más eficiente a futuros desastres naturales.
CERA coordinará los esfuerzos de ayuda y distribuirá subvenciones de recuperación basadas en donaciones a través de un proceso supervisado por Catholic Social Services Australia. La campaña "St Vincent de Paul Bushfire Appeal" también continuará sus esfuerzos nacionales para recolectar las donaciones.
El sitio web de CERA ofrece un portal para la organización de voluntarios, que une a personas que desean contribuir con tiempo, dinero o bienes materiales.
"Nuestras parroquias, agencias y ministerios reciben constantemente solicitudes de individuos y familias que necesitan un lugar para quedarse, que necesitan ropa o electrodomésticos nuevos, que necesitan un oído atento", dijo Mons. Coleridge.
Asimismo, dijo que gran parte del apoyo provendrá del Gobierno, organizaciones católicas y otras organizaciones benéficas, "pero los voluntarios pueden llevar a cabo algunas de las tareas urgentes para ayudar a las personas en su vida diaria".
El Arzobispo alentó a los católicos a seguir rezando para que Australia pueda tener alivio y para que más personas donen su tiempo y recursos.
"Esto se trata en última instancia, de reaccionar con más entusiasmo en una crisis. Esta es la fe en la acción y un llamado a seguir nuestra vocación cristiana", dijo Ursula Stephens, CEO de Catholic Social Services Australia.
También explicó que la iniciativa ayudará a coordinar los esfuerzos de organizaciones que ya forman parte de las comunidades locales.
"Una de las enseñanzas sociales clave de la Iglesia es la 'subsidiariedad', que significa que facultamos a las comunidades locales para responder a sus realidades como mejor les parezca", añadió.
Mons. Coleridge indicó que a esto se suma "la 'solidaridad', que nos obliga a ver las necesidades de los demás y trabajar en colaboración para responder a esas necesidades. Esa respuesta puede ser más efectiva cuando está coordinada y enfocada".
"Estamos estableciendo las medidas apropiadas de gobierno, rendición de cuentas y transparencia para garantizar que aquellos que ven a la Iglesia como un respondedor clave a las emergencias nacionales sepan que el apoyo financiero y práctico va a quienes lo necesitan", agregó.
Además de ofrecer asistencia muy necesaria a los afectados por la crisis de los incendios forestales en el país, CERA será una vía para ayudar con futuros desastres naturales, enfatizó.