El Obispo Auxiliar de Bielsko-Zywiec (Polonia), Mons. Piotr Greger, afirmó que la verdad histórica de lo que ocurrió en el campo de concentración nazi de Auschwitz debe servir para unir a la sociedad actual.
Así lo indicó el Prelado en la Misa que presidió por los 75 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, realizada el 27 de enero de 1945 durante la Segunda Guerra Mundial.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En la Eucaristía, en la que participaron 30 sobrevivientes de Auschwitz y el presidente de Polonia, entre otros, Mons. Greger resaltó que "la reflexión histórica está siempre presente, o al menos debería estarlo, en cada comunidad".
"La verdad sobre lo sucedido aquí, dentro de los muros del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau, construido en las periferias de Oswiecim, no nos debe dividir de modo alguno", continuó el Prelado.
"El sacrificio de las vidas de estas personas, precedido por un cruel martirio, debería convertirse en una fuerza unificadora para toda la sociedad contemporánea, y no solo para quienes viven en esta zona", resaltó.
Las celebraciones por los 75 años de la liberación de Auschwitz se iniciaron este lunes 27 de enero en el Memorial y la colocación de una corona de flores en el campo de concentración. El delegado especial del Papa Francisco para esta conmemoración es el Cardenal polaco Zenon Grocholewski, prefecto emérito de la Congregación para la Educación Católica.
En declaraciones a ACI Stampa, agencia en italiano del Grupo ACI, el Cardenal dijo que este aniversario es importante porque "se trata del más grande campo de concentración alemán en territorio polaco que al mismo tiempo era el mayor campo de exterminio para personas de muchas naciones traídas aquí por los alemanes. Se ha convertido casi en un símbolo del despiadado crimen contra la humanidad realizado durante la Segunda Guerra Mundial".
El Cardenal Grocholewski dijo que en estos días lo acompaña "una ansiosa reflexión sobre el misterio de la iniquidad (mal). ¿Cómo el hombre puede llegar a tal degradación de sí mismo y ser capaz de acciones tan monstruosas como las realizadas con premeditación y sangre fría?".
"Es importante recordar que no se trata de casos aislados sino de un inmenso número de individuos involucrados que actuaban con crueldad inimaginable contra personas completamente inocente y que esta bestialidad no se ha limitado a Auschwitz, sino que tuvo una dimensión muy vasta", señaló.
El Purpurado dijo que "en esta reflexión es difícil no recordar que en la base de todo estuvo una ideología que puso a un lado a Dios. Otra ideología sin Dios, ideada por Marx y Engels, causó crueldades similares".
"Al excluir a Dios, al excluir la verdad objetiva, el hombre se hace a sí mismo fuente de la verdad y esto puede abrir el camino a una maldad, injusticias y desprecio tremendos de la persona humana", advirtió.
"Rezaré para que cuantos no creen en Dios, o peor aún, reniegan de Él, pueda recibir de su parte el admirable y constructivo don de la fe", dijo el Cardenal a ACI Stampa.
El Cardenal recordó que el campo de concentración de Auschwitz fue construido en mayo de 1940 y que estaba pensado para 30 mil personas. En 1941 comenzó a funcionar el de Birkenau, al que fueron trasladadas las mujeres de Auschwitz.
"En 1942, cuando los alemanes comenzaron a realizar el programa de exterminio definitivo de los judíos, conocido como 'la solución final', en Auschwitz fueron exterminados masivamente los judíos de toda Europa".
El Purpurado polaco indicó que "se calcula que en un lapso de 24 horas los carceleros alemanes eran capaces de matar en las cámaras de gas y en los quemadores cerca de 9 mil personas".