Unos 10 mil peregrinos viajaron desde diferentes lugares de Estados Unidos para participar en la Misa de inauguración de la Vigilia Nacional de Oración por la Vida, celebrada ayer 23 de enero, víspera de la Marcha por la Vida convocada para este viernes.
A la Misa, celebrada en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington D.C., también asistieron 46 diáconos, 303 sacerdotes, 39 obispos y tres cardenales.
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El celebrante principal y quien dio la homilía fue el Arzobispo de Kansas City, Mons. Joseph Naumann, presidente del Comité de Actividades Provida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB); y lo acompañó el Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, Mons. Christophe Pierre.
En su homilía, el Mons. Naumann dijo que se alegró al ver a tantos peregrinos provida, "un poderoso testigo contra una cultura del aborto".
El Arzobispo habló de su visita ad limina con el Papa Francisco durante su reciente viaje a Roma, y mencionó la controversia que estalló en la Asamblea General de Otoño de la USCCB cuando se discutió si el aborto era el tema social "preeminente" de nuestro tiempo. El Prelado dijo que el Papa parecía confundido sobre por qué esto sería controvertido, y fue entonces que el Santo Padre reafirmó que el aborto es el problema social más importante.
"El Papa está contigo. Él está rezando por ti. Él te apoya. Mis amigos, el Sucesor de Pedro nos respalda", dijo Mons. Naumann.
Cada uno de los peregrinos tuvo sus propias razones y motivaciones para asistir a la Basílica el jueves por la noche. CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– habló con algunos de ellos para descubrir sus historias.
Jenna Perrey y Grace Fender llegaron por primera vez para participar de la Marcha por la Vida. Viajaron juntos en un autobús durante 22 horas desde la Diócesis de Jefferson City, capital del estado estadounidense de Misuri.
"Esperamos ver a todas las multitudes y ver a todos los maravillosos defensores de la vida", dijo Perrey. La Diócesis de Jefferson City envió seis autobuses a Washington DC para la marcha.
Fender dijo que estaba esperando vivir la experiencia de "marchar juntos por la misma causa".
Como en años anteriores, los asistentes a la Misa de la Vigilia y la Marcha por la Vida pueden recibir una indulgencia plenaria, siempre que cumplan los demás requisitos de una indulgencia de confesión, desapego total del pecado y oración por la intención del Papa. Este año, el permiso se otorgó relativamente más tarde de lo habitual, pero fue autorizado el 9 de enero por el Cardenal Marcus Piacenza, de la Penitenciaría Apostólica.
Otros manifestantes dijeron que regresaron a Washington DC después recibir inspiración de las marchas pasadas.
"Fui el año pasado y sentí que realmente causó un impacto. Podías ver cuántas personas estaban contigo. Te hace saber que no estás solo en esta pelea y que estás llegando a algún lado", dijo a CNA Emma Galles, una peregrina de 18 años que asistía a su segunda Marcha por la Vida. Galles voló desde Iowa.
Carlos Rueda, estudiante de último año en Jesuit High School en Tampa, Florida, voló con algunos de sus compañeros de clase para asistir a la Marcha por la Vida. Rueda es el encargado de comunicaciones del club provida de su escuela, y ha asistido a la Marcha por la Vida cada año.
Rueda dijo que la marcha siempre ha sido "inspiradora", por lo que sigue regresando.
Uno de los 39 obispos presentes, Mons. Richard Umbers, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Sydney, Australia, realizó quizás el viaje más largo a Washington D.C. El Prelado asistió a la Marcha por la Vida el año pasado con un grupo de estudiantes australianos en camino a la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá.
La experiencia le causó tal impresión que regresó en 2020, nuevamente con un grupo de estudiantes.
También dijo que la despenalización del aborto en el estado australiano de Nueva Gales del Sur en octubre del 2019 lo inspiró a regresar para ayudar a impulsar el movimiento provida en su país.
"La Ley de Reforma de la Ley del Aborto de 2019 que se aprobó en el estado de Nueva Gales del Sur el 2 de octubre es nuestra propia Roe v Wade. Estoy trayendo gente a Washington con miras a promover algo similar en Sydney", dijo Mons. Umbers.
Australia no tiene ningún tipo de manifestación anual de Marcha por la Vida y Mons. Umbers espera cambiar eso.
"En la misa de vigilia de esta noche, repleta de jóvenes y clérigos, se hizo mención de sus humildes comienzos. Una generación después es enorme. En Sydney ya hemos juntado a miles fuera del Parlamento. Creo que la causa provida, que es el tema preeminente de nuestros días, merece nuestros mejores esfuerzos", dijo.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.