En un nuevo comunicado, la Diócesis de San Cristóbal (Venezuela) informó que la muerte del P. Jesús Manuel Rondón Molina, cuyo cuerpo fue hallado el 21 de enero, habría sido ocasionada por un menor de edad "víctima de abusos sexuales" por parte de este clérigo.
El texto firmado por el obispo local, Mons. Mario Moronta, señala que, "motivados por el principio evangélico de que la verdad les hará libres" y basados en "informaciones emitidas por autoridades", la muerte del sacerdote "habría sido ocasionada por un menor de edad, quien fuera víctima de abusos sexuales por parte del clérigo, acción que repudiamos".
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"Lamentamos la muerte trágica del sacerdote y pedimos que la justicia divina se manifieste con misericordia. Oramos por él, por su madre y familiares que atraviesan un momento de dolor y tristeza. También oramos por quien ejecutara este hecho y, movidos por la caridad que todo lo puede, imploramos también para él la misericordia del Dios de la Vida y del Amor", continúa el comunicado.
También se explicó que el P. Rondón había recibido una "sentencia definitiva de dimisión del estado clerical", la cual quiso apelar ante los organismos correspondientes de la Santa Sede.
Antes de la sentencia, cuando la Diócesis de San Cristóbal empezó a recibir varias denuncias en contra del P. Rondón, "se realizaron las investigaciones pertinentes y se le dieron medidas cautelares: Entre ellas la de residir en el Monasterio de las Carmelitas en Rubio, donde podía celebrar solo en privado para las religiosas y se le había prohibido el trato con menores de edad mientras durara el proceso respectivo".
"A pesar de las múltiples llamadas de atención, desobedeció las órdenes y medidas cautelares puestas según lo establecido en el derecho de la Iglesia. A quienes presentaron las denuncias nunca se les impidió que pudieran acudir al fuero civil", señaló.
Mons. Moronta aseguró que en su diócesis, al igual que en las demás de toda Venezuela, se han asumido "las normativas de la Iglesia Universal para enfrentar los casos de abusos de menores por parte de clérigos" y que incluso "se han realizado varias investigaciones que han culminado con sentencia firme".
Por tanto, la Iglesia local garantizó que "no se ha encubierto ni a este ni a ningún clérigo que haya sido denunciado e investigado".
"El lamentable hecho nos llena de tristeza y preocupación. Pero tenemos la conciencia clara de haber obrado sin encubrimientos y de acuerdo a lo que exige la Iglesia", precisa la Diócesis de San Cristóbal.
El comunicado también resalta el pedido expreso a "las autoridades correspondientes", para que "terminen de aclarar lo ocurrido pero sin valerse de este triste suceso para fines políticos o de otra índole".
"No se puede hacer generalizaciones por la falta de un miembro de la Iglesia que debió comportarse como ministro configurado a Cristo Sumo y Eterno Sacerdote", subraya el comunicado.
También se explica que "siempre ha sido de preocupación" para el Obispado de San Cristóbal la "auténtica formación integral como el acompañamiento y vigilancia pastoral de los sacerdotes: Para ello, con diversos medios se busca hacer que todos actúen de acuerdo a los principios del evangelio y con los mismos sentimientos de Jesús de Nazaret".
"Somos conscientes de los riesgos que corren nuestros sacerdotes que quieren ser fieles a la verdad de Jesús y de la Iglesia. La inmensa mayoría de ellos se entregan denodadamente al servicio del pueblo, al cual pertenecen. Juntos todos, Obispos, sacerdotes y laicos comprometidos con la evangelización, a pesar de las dificultades y de las fallas que puedan tener algunos, seguiremos anunciando la Palabra de la Verdad que hace libres, denunciando el pecado del mundo y construyendo el Reino de Justicia, Paz y Amor nacido en la Cruz de Cristo", continúa el mensaje.
También se hizo hincapié en "el dolor del pueblo de Dios que sufre por muchas causas y que se ahonda por el mal testimonio de unos pocos".
"Compartimos el dolor de las víctimas abusadas; queremos sanar el dolor de los que han sido golpeados por este triste acontecimiento; acompañamos el dolor de quienes lloran la muerte de su ser querido… pero, sabiendo que ese dolor se identifica con el de Cristo en la Cruz, ponemos nuestra mirada en la fuerza arrolladoramente liberadora de su Resurrección", prosigue el obispo.
Finalmente, el comunicado concluye que "como nos enseña Pablo, a pesar de las dificultades 'no nos desanimamos', porque sabemos que hemos puesto nuestra confianza en Cristo, en cuyo nombre seguiremos actuando. Para ello contamos con la maternal protección de María del Táchira, Nuestra señora de la Consolación".