Hoy martes 21 miles de fieles acudieron al Santuario Nacional de la Virgen de la Altagracia, en Santo Domingo (República Dominicana), para participar de la Misa en honor a la patrona del país.
Debido a la gran cantidad de fieles, se instaló una carpa y un altavoz a las afueras del templo para que todos pudieran participar de la Eucaristía.
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La Virgen de la Altagracia es considerada madre protectora y espiritual del pueblo dominicano y su fiesta patronal se celebra hoy, es por ello que por ley este día se considera fiesta nacional y religiosa en toda República Dominicana.
La Misa fue presidida por el rector del Santuario Arquidiocesano Nuestra Señora de la Altagracia, P. Nelkys Acevedo, que recordó que en dos años se celebrará el primer centenario del templo.
Mons. Alejandro Nouel, Arzobispo de Santo Domingo entre 1906 y 1935, fue el artífice de la edificación del santuario e impulsor de que la Santa Sede concediera el permiso de coronar la imagen de la Virgen de La Altagracia, recordó el P. Acevedo.
"Al decir que es nuestra patrona estamos diciendo que ella es la imagen que la Iglesia nos da para nosotros cristianamente moldear nuestra vida, de tal manera que celebrar como nación, celebrar como Iglesia esta fiesta significa tener delante un patrón ante el cual comparar mi vida, ante el cual ajustar mi vida", explicó el P. Acevedo.
Asimismo, el rector reflexionó acerca de la importancia de obedecer el plan de Dios, como lo hizo la Virgen María al momento de la Anunciación, que como hija obediente, acogió lo que Dios le estaba presentando.
"La Virgen hoy llega a nuestra presencia para que podamos acoger lo que Dios nos está regalando. Es triste que esta fiesta se convierta en el día en el que le pedimos a Dios que haga nuestra voluntad, en el día en que le pedimos a Dios que cumpla nuestros planes". El rector señaló que "esta fiesta es todo lo contrario, en ella aprendemos a acoger el plan de Dios en nuestra vida, que es incomprensible, que escapa de toda lógica humana. Por eso lo que hoy quiere la Iglesia con nosotros, no es darnos la oportunidad de que la Virgen convenza a su Hijo de que la vida sea como nosotros queremos".
"Esta fiesta es para ayudarnos a acoger lo que Dios quiere, a abrazar la historia, los acontecimientos como Dios nos los está regalando, como Dios nos lo concede", indicó el P. Acevedo.