Mons. Jaime Calderón Calderón, Obispo de Tapachula, en la frontera de México con Guatemala, alentó a socorrer y atender a la nueva caravana de migrantes hondureños que buscan cruzar el país para llegar a Estados Unidos, y a "tratarlos como hermanos".

En un comunicado publicado el 17 de enero, Mons. Calderón Calderón señaló que "por las noticias y por la comunicación directa con algunos organismos eclesiales de Centroamérica, en especial de Honduras, hemos sabido de la caravana de hermanos migrantes que, habiendo salida de Honduras, tienen la intención de llegar a los Estados Unidos".

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"No sabemos si los hermanos que vienen en la caravana podrán cruzar la frontera, llegar hasta Tapachula o, incluso, seguir más allá de nuestro Estado de Chiapas, atravesando nuestro territorio diocesano", dijo.

Una caravana que ya superaría los mil integrantes partió el 14 de enero de San Pedro Sula, en Honduras. Según recoge el sitio web mexicano Animal Político, la Secretaría de Gobernación de México, Olga Sánchez Cordero, advirtió que "de ninguna manera tenemos visas de tránsito o bien salvoconductos" para los migrantes.

México, dijo Sánchez Cordero, "no es un país que dé un salvoconducto, es un país que abre sus puertas a las personas que quieran entrar y migrar a nuestro país".

Sin embargo, precisó, si los integrantes de la caravana "desean tener algún tipo de estatus migratorio, los vamos a atender con muchísimo gusto, o de refugio o de asilo".

Miles de migrantes centroamericanos intentaron similar recorrido en octubre de 2019. El grupo más numeroso llegó a sumar 5.000 personas.

Este 17 de enero en conferencia de prensa, Andrés Manuel López Obrador dijo que "alrededor de tres mil" migrantes centroamericanos buscarían ingresar a México por distintos puntos de la frontera sur. "Tenemos más de cuatro mil empleos ahí en la frontera sur disponibles, desde luego albergues y atención médica, todo, pero trabajo en nuestro país, se ofrece eso", dijo.

El Obispo de Tapachula subrayó que la postura de la Iglesia "es la del buen samaritano que socorre a quien ha caído golpeado por la violencia de la vida y sufre las penas del camino en el afán de buscar mejores condiciones de vida para sí y para sus familias".

"Siempre vamos a procurar que, de paso o en una estancia temporal o definitiva en nuestro territorio diocesano, los hermanos migrantes no acumulen más sufrimientos que las inclemencias que de por sí trae consigo un camino largo, tortuoso, accidentado, inseguro y violento", dijo.

El Prelado alentó a que los fieles de su diócesis "procuremos que a estos hermanos migrantes no les falte un pedazo de pan, no sean violentados ni asaltados en su paso por nuestra diócesis, no reciban muestras de rechazo ni desprecio y sientan, pese a las circunstancias tan adversas, que caminan entre hermanos y como hermanos, no como extraños, ni aventureros, ni delincuentes, ni exiliados, ni despreciados".

"Dios premiará el esfuerzo que cada uno haga por verlos, sentirlos y tratarlos como hermanos. Así como quisiéramos que trataran a nuestros paisanos irregulares en los Estados Unidos", expresó.

Mons. Calderón Calderón señaló que "en caso de que los hermanos no fueran más allá de la Ciudad de Tapachula, les pedimos hacer llegar al Albergue Belén o a la Casa de la Vicaría de Pastoral todo lo que hayan recibido para la atención de los hermanos de la caravana".

El Señor nos ha permitido hacer siempre este trabajo con generosidad, disponibilidad, humildad, discreción, eficacia y alegría. Pidamos a Dios que nos ayude, una vez más, a hacer esta labor con un alto sentido de responsabilidad y de amor por nuestros hermanos", finalizó.