Con motivo de la Misa de toma de posesión del Arzobispado de Santiago, Mons. Celestino Aós, recibió un afectuoso saludo de la Arquidiócesis para alentar su trabajo y comprometer todas las voluntades en la construcción del Reino.
Al iniciar la Misa realizada el sábado 11 de enero en la Catedral Metropolitana, el párroco de Santo Tomás Moro, P. Jerónimo Walker, leyó una carta en representación de la Arquidiócesis para manifestar que en un Santiago "llagado y amado, queremos trabajar, guiados por usted, nuestro arzobispo. Queremos convocar y sumar voluntades".
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"Hay tantas energías, tantos talentos, dones y carismas, a veces dispersos y escondidos. Queremos convocar a muchos, a todos, a tener la alegría de ser constructores del Reino", agregó el sacerdote.
"Es un mar casi infinito de rostros, cada uno con su historia, sus talentos y sus problemas.
Dios lo pone todo dentro de su corazón. Todos fijan en usted sus ojos, atentos a cada gesto, a cada palabra, a cada mirada".
"Dios lo ha elegido y, por su parte, usted ha entregado su vida a este desafío pastoral exigente de acompañar los procesos humanos. Él le ha dado una sencillez de capuchino para caminar con las personas", dijo el P. Walker.
<blockquote class="twitter-tweet"><p lang="es" dir="ltr">AHORA: Mons. Aós en su homilía como Arzobispo, se refiere a la situación del país: "La división, la injusticia, la violencia, son contrarias a nuestra condición cristiana. Ningún cristiano puede quedarse de condenador; debemos preguntarnos ¿qué haría Cristo en mi lugar?". <a href="https://t.co/xN5JbRngOo">pic.twitter.com/xN5JbRngOo</a></p>— Iglesia de Santiago (@Iglesiastgo) <a href="https://twitter.com/Iglesiastgo/status/1215999219665981440?ref_src=twsrc%5Etfw">January 11, 2020</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script>
En la reflexión se habló sobre "el quiebre social" de Chile. "Es una crisis social y moral. Hay una abismal desigualdad en salud, educación, sueldos y pensiones. Eso humilla y aplasta a Cristo".
"Una indiferencia pasiva sería una bofetada sacrílega al Cristo pobre. Eso es tan hiriente como la violencia contra un hermano. Nunca lo inhumano sana lo humano", leyó el sacerdote.
Por eso, "el diálogo es el principio más importante de la vida social, y la Iglesia quiere ser morada de diálogo, sacramento de unidad y de justicia. Queremos aportar las luces de la enseñanza social, multiplicar las instancias solidarias y cultivar la sencillez individual. No tenemos recetas, pero sabemos que en cada corazón hay parte de las soluciones".
En ese sentido, "Dios concede al obispo orientar los procesos sociales de modo lúcido, sereno y equilibrado, para ayudar a encontrar vías integradoras donde los pobres sean lo prioritario".
"El obispo, centro de cohesión social, nos ayuda a encontrarnos, escucharnos, complementar sinfónicamente nuestras diferencias y discernir siempre privilegiando a los postergados".
Para lo anterior, el obispo recibe la gracia sacramental del "sacrificio del altar" convirtiéndolo en "un trascendental mediador y un maravilloso cauce de bendición".
"La presencia del obispo en terreno renueva y activa las comunidades. Y todos necesitamos de ese Pentecostés", aseguró el P. Walker.
Asimismo, se tiene "la guía suprema de la Palabra de Dios, que nos sobrecoge con su profunda luminosidad y también su milagrosa fecundidad para humanizar y santificar".
"Allí encontramos las respuestas y Dios entrega las claves del misterio humano, la verdad del hombre, base del diálogo y de la paz. En la indispensable conexión de Palabra y vida, el obispo es siempre una referencia superior. Su palabra luminosa e interpelante proyecta la Palabra divina a las circunstancias sociales y al corazón herido de nuestra sociedad".
"Estimado don Celestino, lo miramos con esperanza. Le deseamos mucho fruto en su ministerio. Dios le dé fortaleza, luz y alegría. ¡Cuente con todos nosotros, laicos, religiosas, diáconos y sacerdotes! ¡Cuente con María, nuestra Madre! Que el Espíritu de Dios genere siempre en usted y en todos paz y bien", concluyó la carta.
Mons. Celestino Aós fue nombrado Arzobispo de Santiago de Chile por el Papa Francisco el 27 de diciembre de 2019, tras nueve meses de desempeñarse como Administrador Apostólico en la capital del país.