El Papa Francisco expresó su cercanía y aseguró su oración por las personas afectadas por los incendios forestales en Australia.
"Al pueblo australiano, especialmente a las víctimas y a quienes se encuentran en las regiones afectadas por el fuego, deseo asegurar mi cercanía y mi oración", indicó el Pontífice durante el discurso que pronunció a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede reunidos en el Vaticano el 10 de enero.
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Tras haber recordado los países que visitó durante 2019, el Santo Padre dirigió "un pensamiento particular a un país que no he visitado: Australia".
En esta línea, el Papa alertó que Australia ha sido "azotado fuertemente durante los últimos meses por incendios persistentes, cuyos efectos han alcanzado también otras regiones de Oceanía".
Anteriormente, el Papa Francisco había recordado también públicamente esta ola de incendios que ha aumentado de intensidad en las últimas semanas.
Durante los saludos a los peregrinos de lengua inglesa que asistieron a la Audiencia General del pasado miércoles 8 de enero, el Pontífice destacó que en el Aula Pablo VI estaba presente un grupo de Australia y expresó: "Quiero pedir a todos que recen al Señor para que ayude al pueblo en este momento difícil, con esos incendios tan fuertes" y añadió: "estoy cerca del pueblo de Australia".
La zona de Australia más afectada por los incendios es el Estado de Victoria, donde han ardido 800.000 hectáreas con 70 focos activos. La ciudad de Mallacoota, donde hasta el 31 de diciembre más de 4000 personas quedaron atrapadas en la playa al tratar de escapar del fuego, ha sido evacuadas, al igual que otras poblaciones tanto del Estado de Victoria como de Nueva Gales del Sur. En total, en todo el país se han quemado 8 millones de hectáreas de bosque desde septiembre.
La catástrofe ha causado también la muerte a 25 personas, ha destruido 2000 viviendas y ha causado la muerte de cientos de millones de animales. En concreto, según expertos de la Universidad de Sídney, han muerto más de 480 millones de animales afectados de forma directa o indirecta por los incendios.
Además, el humo causado por los incendios ha disparado los niveles de contaminación del aire. Muchas ciudades australianas, entre ellas Sídney, se han visto particularmente afectadas con su cielo cubierto por una espesa niebla naranja causada por el fuego.
Según informaron las autoridades del país, estos incendios forestales son los más graves de toda la historia del país. La extensión quemada es ya más del doble de la de los incendios de la Amazonía en el último año.