El Papa Francisco se dirigió este miércoles 8 de enero al finalizar la Audiencia General en el Aula Pablo VI del Vaticano a un grupo de peregrinos australianos y les mostró su solidaridad por los catastróficos incendios forestales que desde el inicio de año están asolando Australia.

"Entre vosotros hay un grupo de Australia: Quiero pediros a todos que recéis al Señor para que ayude al pueblo en este momento difícil, con una oración muy fuerte. Estoy cercano al pueblo de Australia", fueron las palabras del Pontífice.

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Australia está sufriendo desde el pasado mes de septiembre una virulenta ola de incendios forestales que ha alcanzado especial intensidad en las últimas semanas.

La zona más afectada es el Estado de Victoria, donde han ardido 800.000 hectáreas con 70 focos activos. La ciudad de Mallacoota, donde hasta el 31 de diciembre más de 4000 personas quedaron atrapadas en la playa al tratar de escapar del fuego, ha sido evacuadas, al igual que otras poblaciones tanto del Estado de Victoria como de Nueva Gales del Sur. En total, en todo el país se han quemado 8 millones de hectáreas de bosque desde septiembre.

La catástrofe ha causado también la muerte a 25 personas, ha destruido 2000 viviendas y ha causado grandes estragos en los ecosistemas locales, con la muerte de cientos de millones de animales. En concreto, según expertos de la Universidad de Sídney, han muerto más de 480 millones de animales afectados de forma directa o indirecta por los incendios.

Entre las especies afectadas se encuentran algunas endémicas de Australia y en peligro de extinción, como canguros, koalas y wombats.

Además, el humo causado por los incendios ha disparado los niveles de contaminación del aire. Muchas ciudades australianas, entre ellas Sídney, se han visto particularmente afectadas con su cielo cubierto por una espesa niebla naranja causada por el fuego.

Según reconocieron las autoridades del país, estos incendios forestales son los más graves de toda la historia del país. La extensión quemada es ya más del doble de la de los incendios de la Amazonía en el último año.

Los incendios son también motivo de preocupación para la Iglesia local. El Arzobispo Sídney, Mons. Anthony Fisher, destacó el trabajo de los bomberos para hacer frente a los incendios forestales y pidió a los católicos que recen a la Virgen "por todos los que están en peligro en este momento difícil".

Asimismo, el Arzobispo de Melbourne, Mons. Peter Comensoli, lamentó que el inicio de 2020 esté marcado por "pérdidas, destrucción, separación y profunda tristeza; y parece que hay más por venir".