El Cardenal Gerhard Müller, Prefecto Emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, alertó del "veneno mortal" que paraliza a la Iglesia y propuso un eficaz antídoto para combatirlo, durante la Misa que presidió en Phoenix (Estados Unidos) en un importante evento con jóvenes católicos.
"No podemos escapar del veneno mortal de la serpiente si nos hacemos amigos de ella, sino solo si prudentemente mantenemos nuestra distancia y tenemos el antídoto listo a la mano", refirió.
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"El veneno que paraliza a la Iglesia es la opinión según la cual debemos adaptarnos al Zeitgeist, el espíritu de la época, para relativizar los mandamientos de Dios y reinterpretar la doctrina de la fe", dijo el Cardenal en la Misa que presidió este 1 de enero, Solemnidad de María Madre de Dios, en un encuentro de jóvenes líderes católicos de la Fraternidad de Estudiantes Católicos Universitarios (FOCUS), que se realiza en la ciudad de Phoenix, estado de Arizona.
"El antídoto contra la secularización de la Iglesia es la verdad del Evangelio y vivir la fe en el Hijo de Dios que me ha amado y se ha entregado por mí", explicó el Purpurado alemán.
El Cardenal precisó luego que hoy en día, el deseo de muchos es lograr una especie de "religión civil" o secular manipulando incluso algunos elementos de la Iglesia. "No consideran que la fe revelada sea verdad, pero les gustaría usarla como material para construir su nueva religión de unidad mundial. Para ser admitida a esta meta-religión internacional, el precio que la Iglesia tendría que pagar es renunciar a su defensa de la verdad", advirtió.
Esto, continuó, "no parece ser un problema, ya que el relativismo dominante en nuestro mundo rechaza la idea de que efectivamente podamos conocer la verdad, y se presenta como garante de la paz entre las religiones y las posturas". Además, lamentó que existan algunos que desean "un catolicismo sin dogmas, sin sacramentos y sin un magisterio infalible".
Sin embargo, "Jesús no puede ser superado por el cambio de épocas porque la eternidad de Dios engloba todas las eras de la historia y la biografía de cada persona humana".
"Hoy en día, la frase mágica del tentador es 'necesaria modernización'. En consecuencia, cualquiera que se oponga a esta ideología será combatido como un enemigo y será acusado de ser alguien tradicional", afirmó el Prefecto Emérito.
Como ejemplo de "esta lógica perversa", el Cardenal se refirió a "la protección de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, que se desacredita catalogándola como una posición política conservadora o de derecha, mientras que el asesinato del no nacido inocente (aborto) se considera un derecho humano y por lo tanto como algo progresista".
El Cardenal Müller también alertó ante el hecho que algunos buscan manipular la fe, cuando "muchos cristianos están ansiosos y preocupados" y se preguntan si acaso "el cristianismo aún calza en nuestro tiempo". "Para algunos, la Iglesia Católica se quedó atrás 200 años en comparación al lugar en el que está el mundo hoy. ¿Hay algo de cierto en esta acusación?".
El Prefecto Emérito destacó asimismo que "la crisis en la Iglesia la ha hecho el hombre y ha surgido porque nos hemos adaptado cómodamente al espíritu de la vida sin Dios. Por eso en nuestro corazón muchas cosas no están redimidas y anhelan una gratificación sustituta'.
Sin embargo, continuó, "quien cree no necesita ideología, quien espera no busca drogas, el que ama no está detrás de la lujuria del mundo que pasa junto con él. Quien ama a Dios y al prójimo encuentra la felicidad en la entrega de sí mismo".
Tras resaltar que "la Iglesia camina con los tiempos en los cambios sociales", el Purpurado alemán recordó que "la fe y la razón son compatibles" y que con ambas se puede llegar a la luz de la verdad para entender el sentido de la vida.
Finalmente, el Cardenal subrayó que "la Iglesia sabe que estamos perdidos sin el Evangelio de Cristo".