Unos sujetos atacaron la Basílica Corazón de María de la ciudad de Antofagasta, norte de Chile, al finalizar una marcha por las demandas sociales.
Fue el viernes 13 de diciembre a eso de las 11:00 p.m., tras finalizar una marcha por las calles de la ciudad, cuando unos desconocidos atacaron la Basílica Corazón de María.
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Los individuos rompieron ventanas, subieron al techo e ingresaron al templo por una puerta lateral. En su interior, realizaron grafitis en el altar mayor, destruyeron y sacaron algunas bancas, mobiliarios, imágenes de santos y vestimenta religiosa para luego prenderles fuego y armar barricadas en las calles aledañas.
El Santísimo Sacramento no fue robado ya que el párroco tomó las precauciones debidas, pues hace varios días el comercio, las instituciones privadas y públicas están siendo vandalizados.
En conversación con ACI Prensa, el P. José Abarza, párroco perteneciente a la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, conocidos como claretianos, llegaron al templo a ordenar y frenar el ataque.
Los fieles estuvieron hasta las tres de la madrugada y se tomaron nuevas medidas de seguridad en puertas y ventanas.
Al día siguiente, las comunidades de la arquidiócesis llegaron hasta el templo para limpiar y ordenar el lugar.
El domingo 15, con la presencia de unas 800 personas, se realizó la Misa de reparación presidida por el Arzobispo de Antofagasta, Mons. Ignacio Ducasse.
El P. Abarza explicó que debe "existir la tolerancia, el diálogo, el respeto y saber escuchar las demandas sociales del pueblo. Son importantes, pero necesitamos construir justicia, para lograr la paz verdadera".
En tanto, la parroquia San Antonio de Padua, a cargo de los padres capuchinos en Santiago, fue vandalizado el pasado 7 de diciembre.
Además del robo de equipos de música, notebook, micrófonos y ornamentos litúrgicos como libros, cáliz y llaves de los dos sagrarios; la comunidad lamentó la pérdida de una reliquia del Padre Pío de Pietrelcina que estaba a los pies de la imagen del santo.
A pesar de ello, la comunidad vivió con esperanza las actividades planificadas para ese día como el término del Rosario del Alba en conjunto con el decanato Yungay.
En ambos casos se entregaron los antecedentes a la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) para que pueda esclarecer los delitos.