El Papa Francisco dijo que el belén de Navidad es "un signo simple y hermoso de nuestra fe que no debe perderse" porque es "una manera auténtica de comunicar el Evangelio, en un mundo que a veces parece tener miedo de recordar lo que realmente es la Navidad".
Así lo indicó el Santo Padre al recibir este 5 de diciembre en audiencia a las delegaciones de las regiones italianas del Trentino y del Véneto que regalaron en este año el árbol de Navidad y los pesebres de la Plaza de San Pedro y del Aula Pablo VI del Vaticano.
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En su discurso, el Pontífice recordó que el pasado 1 de diciembre visitó la población de Greccio para visitar el lugar donde San Francisco hizo el primer belén y en donde publicó la Carta Apostólica "Admirabile signum".
Sobre el pesebre, nacimiento o belén navideño, el Santo Padre destacó que "es un signo simple y hermoso de nuestra fe y no debe perderse, al contrario, es bello que se transmita de padres a hijos, de abuelos a nietos".
"Es una manera auténtica de comunicar el Evangelio, en un mundo que a veces parece tener miedo de recordar lo que realmente es la Navidad, y borra los signos cristianos para conservar sólo los de un imaginario banal, comercial", advirtió el Papa.
Además, el Papa Francisco expresó su afecto a los pueblos de las provincias de Trento, Vicenza y Treviso, en particular de algunas localidades situadas en los territorios de las diócesis de Trento, Padua y Vittorio Véneto y recordó que estas zonas de Italia sufrieron una fuerte tormenta en el otoño pasado "que devastó muchas zonas de las tres provincias vénetas".
"El encuentro de hoy me brinda la oportunidad de renovar mi aliento a sus poblaciones, que el año pasado sufrieron una catástrofe natural devastadora, que destruyó bosques enteros. Son acontecimientos que nos asustan, son señales de alerta que nos envía la creación, y que nos piden que tomemos decisiones efectivas de inmediato para salvaguardar nuestra casa común", dijo.
Asimismo, el Pontífice señaló que esta noche se encenderán las luces que adornan el árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro que permanecerá junto al pesebre hasta el final de las fiestas navideñas y "ambos serán admirados por numerosos peregrinos de todo el mundo" por lo que agradeció "por estos dones, y también por los árboles más pequeños destinados a otros lugares del Vaticano".
"Me ha gustado mucho saber que para sustituir las plantas removidas, se replantarán 40 abetos que reintegrarán los bosques gravemente perjudicados por la tormenta de 2018", confió.
Sobre el abeto rojo que regalaron, el Papa explicó que "representa un signo de esperanza, especialmente de sus bosques, para que se limpien lo antes posible y comenzar así el trabajo de reforestación".
En cambio, sobre el pesebre, el Pontífice subrayó que está hecho "casi en su totalidad de madera y compuesto de elementos arquitectónicos característicos de la tradición de Trento que ayudará a los visitantes a saborear la riqueza espiritual de la natividad del Señor" y añadió que "los troncos de madera, procedentes de las zonas afectadas por las tormentas, que sirven de telón de fondo al paisaje, subrayan la precariedad en la que se encontraba la Sagrada Familia esa noche en Belén".
Al finalizar su discurso pronunciado en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre contempló brevemente "el belén artístico de Conegliano que ayudará también a contemplar la humilde gruta donde nació el Salvador" y les deseó de corazón "a todos los habitantes de estas regiones, que pasen la natividad del Señor con serenidad y fraternidad".
"¡Qué la Virgen María, que acogió al Hijo de Dios en la debilidad de la naturaleza humana, nos ayude a contemplarlo en el rostro de los que sufren, y que nos sostenga en nuestro compromiso de ser solidarios con las personas más débiles y frágiles!".
Datos del pesebre y el árbol de Navidad de este año
El pesebre proviene de la localidad de Scurelle, en la provincia italiana de Trento, mientras que el árbol, un abeto rojo de 26 metros de altura y diámetro de 70 centímetros, proviene del Altiplano de Asiago.
La inauguración de la iluminación del pesebre y del árbol se realiza este 5 de diciembre con una ceremonia presidida por el Cardenal Giuseppe Bertello, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, y el Obispo Fernando Vérgez Alzaga, secretario general.
El pesebre colocado en la Plaza de San Pedro está realizado en su casi totalidad en madera y está compuesto por elementos arquitectónicos característicos de la tradición trentina.
Está compuesto por alrededor de 20 figuras de tamaño natural (alrededor de 1 metro 80 centímetros) de madera policromada. La Sagrada Familia se sitúa bajo la estructura más grande.
Alrededor de la escena central hay un espacio para los demás personajes: los Reyes Magos, los pastores, animales, objetos y plantas.
Además, contiene un recuerdo especial para las víctimas de la tormenta de octubre y noviembre de 2018 que devastó diversas zonas de Triveneto. Como recuerdo de aquel desastre, se han incluído algunas piezas de madera provenientes de las zonas afectadas por las inundaciones.
El abeto rojo, que se empleará como árbol de Navidad, proviene de bosques del territorio de los municipios italianos de Rotzo, Pedescala y San Pietro. La superficie boscosa se extiende en una superficie de más de 1.880 hectáreas en la que se encuentran la mayor parte de las especies de abeto rojo, abeto blanco y otros ejemplares autóctonos.
Como suele ser habitual, por cada árbol extraído para ser empleado como árbol de Navidad, se plantarán 40 abetos, una medida que pretende ser una contribución a la restauración ecológica de estos bosques seriamente dañados por la tempestad de 2018.
El segundo pesebre colocado en el interior del Aula Pablo VI se trata de un conjunto escultórico procedente de la localidad italiana de Conegliano, en la provincia de Treviso.
La estructura recuerda las construcciones geométricas de inspiración gótica, con arcos ojivales que se entrecruzan en una disposición radial. Junto al pesebre está presente un capitel que representa la célebre obra "Madonna con Bambino", del pintor renacentista Cima da Conegliano.
Las figuras de este pesebre tienen un tamaño de 125 centímetros y están vestidas con ropajes típicos de la tradición véneta.
El árbol y el pesebre estarán expuestos en la Plaza de San Pedro del Vaticano hasta la conclusión del Tiempo de Navidad, que coincide con la fiesta del Bautismo del Señor, el domingo 12 de enero de 2020.