Un diácono vivió tensos momentos en Chile cuando el auto que conducía fue detenido por varios manifestantes y feministas con pañuelos verdes, que le insultaron y acusaron de encubrir abusadores, debido a que se abstuvo de opinar sobre las protestas que estas semanas ocurren en el país.
El hecho ocurrió en La Calera, región de Valparaíso (Chile) el sábado 30 de noviembre y fue difundido a través de un video por un grupo de facebook llamado Caleranos de corazón.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El diácono Jorge García regresaba de la celebración del Mes de María en la parroquia San José y se dirigía hacia la otra parroquia que atiende pastoralmente con unos sacerdotes, llamada Santo Nombre de Jesús.
<blockquote class="twitter-tweet"><p lang="es" dir="ltr">Os pido una oración por este sacerdote que ha aguantado estoicamente (imagino que a base de Ave Marías) este acoso luciferino-marxista.<br>Pd: Mejor si llevara sotana, pero bastante mal lo ha pasado como para recriminarle eso.<a href="https://t.co/FgI6wWsSr6">pic.twitter.com/FgI6wWsSr6</a></p>— ??????? (@InEminenti) <a href="https://twitter.com/InEminenti/status/1201902417320796160?ref_src=twsrc%5Etfw">December 3, 2019</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script>
En conversación con ACI Prensa, García explicó que en el trayecto de regreso, al llegar a la plaza Balmaceda, un grupo de personas en su mayoría mujeres, detuvo el vehículo que conducía para exigirle que bailara con la frase "el que baila pasa".
Esta frase se ha hecho habitual en las manifestaciones sociales en Chile. Si el conductor se baja del vehículo y baila lo dejan pasar, de lo contrario insultan, golpean a la persona o al vehículo. En otros casos, a los conductores de buses les obligan a entregar los extintores.
En el video de unos 4 minutos se muestra a García con una relativa calma mientras afuera del vehículo gritaban "los curas y los pacos (carabineros) son los violadores", "cómplice", entre otras groserías.
Asimismo, un hombre se acerca por la ventana del copiloto y le pide al diácono, que pronto será sacerdote, opinar sobre los atropellos a los derechos humanos que carabineros y militares han cometido contra manifestantes. El diácono señaló que prefería no opinar.
Mientras García permanecía en silencio, alrededor suyo siguieron los insultos y las risas. Una mujer lo acusó con groserías de ser violador.
Luego, una joven se puso delante del vehículo y comenzó a gritar: "¡Sáquenme al demonio, lo tengo adentro, tengo adentro al demonio, sáquenmelo, sáquenmelo!".
García dijo que debieron ser unos 10 minutos o más en los que sintió miedo, "pero uno tiene que ser capaz de mantener la calma y la templanza para responder de la mejor manera".
"Lo peor que uno puede hacer es reaccionar mal, sino ellos habrían tenido un motivo para agredirme. Pero como yo decía 'no quiero emitir una opinión en este momento'", luego de unos minutos lo dejaron pasar, dijo.
En su reflexión, García recordó que creció en una familia donde le inculcaron que los conflictos se resuelven conversando y dando argumentos de razón. Pero en el último tiempo "la gente se ha puesto agresiva para imponer su punto de vista lo hace a punta de golpes o de quien habla más fuerte".
"Cuando hay tanta agresividad no hay posibilidad de diálogo". "Ojalá que este nivel de violencia se vaya acabando porque no nos hace bien", aseguró.
"Esto a uno le sirve a que dentro del ministerio uno tiene que estar dispuestos a padecer estas cosas en pos de la Evangelización así como Jesús fue a Jerusalén y a los pocos días lo crucificaron entonces uno tiene que estar dispuesto a eso", aseguró.
El futuro sacerdote, que vive desde marzo de 2017 en La Calera, aseguró que se siente tranquilo y feliz en la comunidad.
Hay diversas actividades que dan vida a la parroquia Santo Nombre de Jesús, como el comedor parroquial para unas 80 personas, el hogar de ancianos con 21 residentes y un jardín de niños en una población.
En cuanto a la vida parroquial, la comunidad se caracteriza por tener harta participación juvenil. Misiones de verano, actividades de Navidad para juntar dinero y armar canasta de alimentos para familias más necesitadas, son algunas de las actividades.
En la parroquia San José además de la vida sacramental existe un club de adultos mayores, el grupo de madrugadores y una Capilla de Adoración Perpetua, que debido a las manifestaciones sociales ha debido cerrar algunos momentos por seguridad.