Open Doors lanzó la campaña internacional "Esperanza para Oriente Medio" para que, a través de la creación de Centros de Esperanza,  se puedan mantener a los cristianos y a las personas más necesitadas de estos países que sufren en sus vidas las consecuencias de la guerra. 

Oriente Medio lleva viviendo una situación límite desde los últimos ocho años. Para llamar la atención sobre esta crisis, Open Doors inició la campaña internacional "Esperanza para Oriente Medio", con la que presentaron más de 800 mil firmas ante la oficina del secretario general de la ONU, además de la recogida de "millones de dólares destinados a la ayuda humanitaria, reconstrucción de las ciudades, desarrollo económico". 

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Aunque la estabilidad total no se ha conseguido todavía en la zona, el Estado Islámico está prácticamente erradicado y por eso millones de refugiados han vuelto para reconstruir sus casas. 

Por ello Open Doors comenzó la iniciativa "Centros de Esperanza" en donde las iglesias se convirtieron en "puntos neurálgicos de ayuda humanitaria, asistencia al trauma, consejería y formación". 

Además se repartieron paquetes de alimentos y enseres de primera necesidad para más de 17 mil familias cada mes, sosteniendo a "personas solas, enfermas, ancianas o familias numerosas sin posibilidad de sustento". 

Jina es una de las cristianas iraquíes que se ha beneficiado de estos Centros de Esperanza en Alepo. Su esposo, Rober, fue secuestrado por el Estado Islámico en 2013 por el simple hecho de ser cristiano. 

Otros que fueron secuestrados junto a Rober fueron liberados tras pagar un rescate y le contaron a Jina que su esposo fue torturado para que rechazara su fe y se convirtiera al islam. Sin embargo Rober sólo repetía: "Tengo a mi Dios, eso es todo". 

Aunque la vida de Jina y su hijo no es fácil, al menos están cubiertos con paquetes de ayuda y gasolina que reciben del Centro de Esperanza en Alepo. El responsable de este Centro de Esperanza y de la Iglesia de la Alianza en Alepo, el pastor Abdallah, explicó que una de las ayudas que suelen prestar es el apoyo a comenzar "pequeños negocios mediante recursos como la capacitación y formación laboral, asesoramiento o prestación de microcréditos". 

"Tres veces a la semana tenemos actividades para niños, los cuales pertenecen a la generación más dañada por la guerra. Queremos ir más allá en el apoyo psicológico para poder eliminar en la medida de lo posible los efectos de la guerra en ellos", precisó el pastor Abdallah.

De esta manera pretenden que se abran cada vez más Centros de Esperanza para poder "dar asistencia postraumática a las víctimas del conflicto; dar ayuda humanitaria a desplazados internos y refugiados iraquíes; realizar programas de generación de empleos; así como la concesión de microcréditos para la creación de negocios y propiciar así la reconciliación entre confesiones religiosas".


Más información sobre cómo colaborar con la creación de nuevos Centros de Esperanza en todo Oriente Medio  AQUÍ.