El director nacional de Pastoral Juvenil de Costa Rica, P. Luis Alberto Aguilar, señaló que el Encuentro Latinoamericano de Responsables Nacionales de Pastoral Juvenil (ELARNPJ), realizado del 18 al 22 de noviembre en Perú, fue una posibilidad para reflexionar sobre la memoria histórica, y llamó a los jóvenes a tomar acción y ser los constructores de una civilización que gire en torno al amor.
El ELARNPJ, como señalan en su página web, es un espacio de intercambio, reflexión, animación y coordinación para profundizar aspectos de la propuesta de la Pastoral Juvenil Latinoamericana y definir líneas de acción comunes.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En una entrevista realizada por EWTN Noticias, el P. Aguilar señaló que este encuentro organizado con el apoyo del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), tuvo como centro la "última exhortación apostólica del Papa 'Cristo Vive', bajo el lema 'Los jóvenes somos tierra sagrada, el ahora de Dios'".
El sacerdote señaló que la gran fortaleza de la pastoral juvenil en Latinoamérica es la cohesión que les ha dado "el camino de más de cuarenta años de trabajo" y la articulación del trabajo pastoral de sus diferentes regiones.
Frente a la situación de violencia y convulsión que vive América latina, el P. Aguilar dijo que los jóvenes se sienten también increpados por la realidad, "una realidad que lo lleva a vivir también el desempleo, la migración". "El Papa Francisco nos llama a estar atentos a esos gritos, a esos clamores de la juventud", indicó.
En torno a esa realidad, explicó que el gran reto del encuentro fue entender el camino que ha seguido la pastoral juvenil y ver "cuáles son los desaciertos que hemos tenido y para ello que tenemos que plantear".
"Entonces la reflexión gira en torno a ese desatar nudos", señaló el sacerdote.
Finalmente, llamó a los jóvenes a recordar que "Cristo vive y Cristo te quiere vivo", y que ellos son "el ahora de Dios, no solamente el futuro, en este ahora, en este momento histórico, la Iglesia, la sociedad los necesita para construir la civilización del amor".