En un video mensaje al IX Festival de Doctrina Social de la Iglesia en Verona (Italia) el Papa Francisco señaló que el mundo no cambia con "milagros" sino solo cuando cada uno hace lo que debe hacer.
Así lo indicó el Santo Padre en un video mensaje enviado a los participantes de la IX edición del Festival de la Doctrina Social de la Iglesia que se realiza del 21 al 24 de noviembre en Verona en el Cattolica Center bajo el lema "Estar presentes: Polifonía social".
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"Cada uno con sus propias cualidades y los propios dones puede convertirse en constructor de fraternidad. El mundo cambia no si alguien hace milagros sino si todos, cada día, hacen lo que deben hacer", dijo el Santo Padre.
"Para resolver los problemas no hacen falta grandes administradores u hombres fuertes, sino estar unidos en el esfuerzo de no ceder a la indiferencia", continuó.
El Papa Francisco también dijo que "el cambio duradero parte siempre de abajo y nunca es solo una operación del vértice. Se necesita de todos para reconstruir el tejido social y percibir la fuerza de ser pueblo. En esta óptica todos son importantes: el enfermo, el pobre, el niño, el viejo, el obrero, el profesional, el docto y el ignorante".
"Es urgente no desaprovechar la libertad de hacer el bien", subrayó el Papa.
Reflexionando sobre el lema del festival, el Pontífice dijo que "estar presentes significa salir del aislamiento y hacer sentir ese calor humano que reaviva la existencia de los que encontramos. La presencia permite ver al otro y ser visto por él, activando una dinámica relacional que enciende la vida".
"Podemos articular el significado de la presencia con tres verbos: Ver, acercarse y tocar. Ver es el primer paso que ayuda a salir de nosotros mismos y nos hace mirar a la cara de la vida así como se presenta", continuó.
"Ver al otro anima a acercarse: La presencia no es una carrera, es estar con el otro. Correr no necesariamente nos hace tomar conciencia de tantos rostros y tantas miradas".
El Papa lamentó luego el hecho que muchas "personas, solo muy tarde en la vida, se dan cuenta que nunca tuvieron tiempo para acercarse y jugar con los propios hijos, para dialogar con los padres ancianos, para cuidar los afectos o vieron que no estuvieron disponibles para ayudar".
La presencia, destacó Francisco, "se expresa también en tocar, en acabar con la distancia que hay con el otro, en el transmitir calor, hacerse cargo, cuidar a otro. Una presencia así entendida es tierna y dialogante y está al alcance de todos".
Finalmente el Santo Padre hizo votos para que los asistentes al festival "sean tejedores de un tejido social en el cual la presencia se convierta en un don que haga resplandecer la belleza de la fraternidad".