El Papa Francisco completó una nueva etapa en su viaje apostólico a Tailandia con el encuentro con el Patriarca Supremo de los Budistas, Somdej Phra Maha Muneewng, en el Templo Wat Ratchabophit Sathit Maha Simaram.
El cargo de Patriarca Supremo de los Budistas se instituyó en 1872 con la misión de guiar al Consejo Supremo de la comunidad budista en el país. Se trata de un cargo que nombre el mismo rey de Tailandia.
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Ante el Patriarca Supremo de los Budistas, el Pontífice puso en valor los pasos dados en el estrechamiento de la amistad entre cristianos y budistas e invitó a impulsar nuevas "iniciativas concretas en el camino de la fraternidad".
En su visita al Templo, que según señaló el Pontífice, es "símbolo de los valores y las enseñanzas que caracterizan a este amado pueblo", el Papa destacó que este encuentro "se inscribe dentro de ese camino de valoración y reconocimiento mutuo comenzado por nuestros predecesores".
En ese sentido, recordó la visita que hace cincuenta años el predecesor del acutal Patriarca Supremo, Somdej Phra Wanarat, realizó al Papa Pablo VI en el Vaticano, y la posterior visita del Papa Juan Pablo II al Patriarca Supremo Somdej Phra Ariyavongsagatanana.
"Sobre sus huellas quisiera inscribir esta visita, para acrecentar no sólo el respeto sino la amistad entre nuestras comunidades", afirmó el Papa Francisco.
Para el Pontífice, estos encuentros son "pequeños pasos que ayudan a testimoniar no sólo en nuestras comunidades sino en nuestro mundo, tan impulsado a generar y propagar divisiones y exclusiones, que la cultura del encuentro es posible".
"Cuando tenemos la oportunidad de reconocernos y valorarnos, incluso desde nuestras diferencias, ofrecemos al mundo una palabra de esperanza capaz de animar y sostener a los que resultan siempre más perjudicados por la división. Posibilidades como estas nos recuerdan lo importante que es el que las religiones se manifiesten cada vez más como faros de esperanza, en cuanto promotoras y garantes de fraternidad".
El Santo Padre destacó que "en las fuentes del budismo la mayoría de los tailandeses han nutrido y permeado su manera de reverenciar la vida y a sus ancianos, de llevar adelante un estilo de vida sobrio basado en la contemplación, el desapego, el trabajo duro y la disciplina; características que nutren ese distintivo tan especial vuestro: ser considerados como el pueblo de la sonrisa".
Además, agradeció al pueblo tailandés porque, "desde la llegada del cristianismo a Tailandia, hace unos cuatro siglos y medio, los católicos, aun siendo un grupo minoritario, han disfrutado de la libertad en la práctica religiosa y durante muchos años han vivido en armonía con sus hermanos y hermanas budistas".
"En este camino de la mutua confianza y fraternidad, deseo reiterar mi personal compromiso y el de toda la Iglesia por el fortalecimiento del diálogo abierto y respetuoso al servicio de la paz y del bienestar de este pueblo".
Invitó a "impulsar entre los fieles de nuestras religiones el desarrollo de nuevas imaginaciones de la caridad, que sean capaces de generar y aumentar iniciativas concretas en el camino de la fraternidad, especialmente con los más pobres, y en referencia a nuestra tan maltratada casa común".
"De esta manera", concluyó el Papa Francisco, "contribuiremos a la construcción de una cultura de compasión, fraternidad y encuentro tanto aquí como en otras partes del mundo. Estoy seguro que este camino seguirá dando frutos y en abundancia".