Con la participación de unas 10 mil personas en la XVIII Peregrinación hacia el Santuario de Nuestra Señora de Loreto, en el norte de Argentina, el 17 de noviembre comenzó el Año Diocesano Mariano de Posadas.
Los peregrinos llegaron a pie, en bicicleta y automóviles al centro de espiritualidad ubicado en la localidad de Loreto, en la provincia de Misiones.
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Alentados por el lema "María de Loreto, refugio del peregrino", los fieles de las tres zonas pastorales de la Diócesis de Posadas comenzaron a caminar el sábado 16 pasada las 6:00 p.m. luego del envío misionero del Obispo de Posadas, Mons. Juan Martínez.
En el camino fueron acompañados por efectivos de la policía, gendarmería, enfermeros y servidores.
Durante la noche, en el santuario hubo adoración al Santísimo y momentos de oración.
En tanto, unos 400 "biciperegrinos" iniciaron su recorrido pasada las 4:00 a.m. después de recibir la bendición del P. Pedro Ferrari.
El Año Diocesano Mariano se inició el domingo 17 con la Misa de la mañana presidida por Mons. Martínez, donde recordó a los mártires San Roque González de Santa Cruz, San Juan del Castillo y San Alonso Rodríguez.
En su homilía, el Obispo pidió "ser testigos del amor hacia los más pobres y necesitados".
Además destacó la gran devoción del pueblo hacia Nuestra Señora de Loreto, patrona de las misiones. Indicó que durante el año mariano se vivirán "momentos muy fuertes en torno a María".
El Prelado señaló que si bien "anunciar a Jesús no es fácil (...) tenemos que ser testigos de Cristo, no porque seamos perfectos, sino porque verdaderamente experimentamos su amor y queremos compartirlo con los demás".
En ese sentido, el Obispo de Posadas pidió vivir el "amor verdadero" donando vida, entendiendo que "toda persona es profundamente digna, todo ser humano es imagen y semejanza de Dios" en todas sus etapas.
También alentó a "no combatir la violencia de los que nos odian con violencia, sino hacerlo desde la caridad, porque nuestra respuesta será evangelizar desde la caridad, aunque nos cueste el martirio".
Además pidió "ahondar en la fe en Jesucristo y demostrar esa fe y compromiso a través de un estilo de vida", porque "lo único que nos puede salvar es el amor. El único camino es la caridad de verdad, que tiene sus exigencias y está ligada a veces al sufrimiento, pero Dios es Amor y debemos recordarlo siempre y por eso nuestra respuesta será desde la caridad y, sobre todo, siendo testigos del amor hacia los más pobres y necesitados".
"Debemos aumentar nuestra misericordia hacia todos y para ello pidamos a María que nos ayude y nos lleve a Jesús", concluyó Mons. Martínez.