Esta mañana en el Estadio Olímpico de Riobamba, al sur de Quito y al este de Guayaquil, fue proclamado beato el P. Emilio Moscoso, sacerdote jesuita asesinado por odio a la fe por revolucionarios, a fines del siglo XIX.
Según recoge Vatican News, en la homilía de la Misa, el Cardenal Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, destacó que el Beato Emilio Moscoso fue un "apóstol generoso, dócil, manso y dispuesto al sacrificio".
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"El suyo era un ardiente deseo de identificarse con Jesús, incluso en su muerte, hasta el punto de asociar su sacrificio al de Cristo en la cruz".
Salvador Víctor Emilio Moscoso Cárdenas nació el 21 de abril de 1846 en la localidad ecuatoriana de Cuenca. Con 18 años pidió entrar en el noviciado de Cuenca. Se trataba de una época particularmente compleja en el contexto de las persecuciones religiosas y del conflicto entre Ecuador y Colombia.
Emilio Moscoso hizo los primeros votos en la capilla de Santa Mariana de Jesús y continuó sus estudios en el Colegio Seminario San Luis, donde destacó en Filosofía.
Ya ordenado sacerdote, recibió su encargo pastoral en el Colegio de San Felipe. Además, la Compañía de Jesús le encomendó labores de docencia, donde era muy estimado por sus alumnos. Llegó a ser vicerrector del Colegio de San Felipe.
Mientras tanto, el contexto político de Ecuador empeoraba. En 1895 se proclamó en Guayaquil la Revolución Liberal, encabezada por el General Alfaro, quien desató una persecución religiosa que supuso la encarcelación del Obispo de Riobamba, Mons. Arsenio Andrade. También fueron encarcelados muchos sacerdotes jesuitas.
Dentro de ese proceso de persecución religiosa, los combatientes entraron en el Colegio de San Felipe, asaltaron la iglesia y profanaron el sagrario, además de atacar a los jesuitas. Los asaltantes encontraron al P. Moscoso rezando en su habitación y, allí mismo, lo asesinaron de dos disparos.
El 4 de mayo del año 2000 se inició en la Diócesis de Riobamba su proceso de beatificación. El Papa Francisco reconoció su martirio el 13 de febrero de este año.
El Cardenal Becciu destacó que "el martirio es el fruto de una fe enraizada en Dios y vivida día a día, que pide coherencia, valentía y una intensa capacidad de amar a Dios y al prójimo con el don de sí mismo".
El camino recorrido por el nuevo beato ecuatoriano fue el de la "docilidad a la voluntad de Dios; apego a la Palabra como guía de nuestras acciones; elección de María como modelo de vida; devoción a la Eucaristía como lugar privilegiado para saborear la presencia del Señor en medio de su pueblo".
Tras la beatificación del P. Moscoso, se eleva a dos el número de beatos ecuatorianos, junto a Mercedes de Jesús Molina. Ecuador tiene además a tres santos: Santa Mariana de Jesús, Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán y el Santo Hermano Miguel Febres Cordero.