El Obispo de San Ignacio de Velasco (Bolivia), Mons. Robert Flock, pidió en un comunicado en la página Iglesia Viva este 14 de noviembre, al pueblo boliviano "emprender un auténtico proceso de cambio", recordando que "el camino hacia la justicia y la paz, no se construye desde el resentimiento".
Luego de la renuncia de Evo Morales de la presidencia de Bolivia, debido a las sospechas de un fraude electoral, el país ha atravesado un convulsionado cambio de mandato. La presidenta interina Jeanine Áñez tomó el poder el 13 de noviembre en medio de enfrentamientos entre aquellos que respaldan el cambio y los que piden la vuelta de Morales.
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Debido al cierre de vías de ingreso a la ciudad de El Alto, varias ciudades de Bolivia se encuentran desabastecidas de combustible y suministros básicos, como la carne de res, el pollo y el pan, mientras que otros insumos como el huevo han subido de precio hasta en un 30%, según reporta el diario La Razón.
Frente a esta situación, Mons. Flock da gracias a Dios por los sucesos que ha pasado Bolivia señalando que la exigencia de unas nuevas elecciones democráticas "con un nuevo tribunal y sin la participación de quienes cometieron el fraude", fue un "clamor al cielo para que Dios interviniera en esta causa justa".
Además, señaló que la violencia desatada por "los grupos afines al gobierno", aunque provocó heridas y cobró vidas, "sirvió para demostrar el carácter real del Movimiento al Socialismo, que todavía intenta sembrar caos y temor en la población".
Este movimiento "desde su concepción es y ha sido en su ideología un movimiento al salvajismo, alimentado con discursos de racismo y resentimiento, con un rechazo abierto a la Iglesia y a Dios" comentó.
Sin embargo, Mons. Flock aclaró que no todos los militantes del Movimiento al Socialismo (MAS), que lidera Evo Morales, comparten este pensamiento, sino que varios se aliaron "por la aparente postura a favor de la población indígena andina y porque era la única manera de lograr obras en beneficio de la población, ya que este gobierno condicionó todas sus obras y programas en función de su permanencia en el poder".
Sin embargo, el MAS con un mensaje de apoyo a los pobres e indígenas, apelando a "la inclusión social sin racismo y discriminaciones", "sacó el mal de la maldad de sus líderes e ideólogos". Mons. Flock señaló que si bien los pueblos indígenas y los pobres del país sufren, "el camino hacia la justicia y la paz, no se construye desde el resentimiento, tampoco a partir de ideologías que excluyen a Dios".
El Prelado hizo un llamado al pueblo boliviano a "emprender un auténtico proceso de cambio según la llamada del Papa Francisco", teniendo un corazón humilde que reconozca los errores y pecados personales, aceptando que "quienes piensan diferente pueden ampliar nuestros puntos de vista para ver la realidad mejor".
Finalmente, pidió a todos los actores políticos, económicos y sociales, a convertirse "en un Movimiento al Señor que se deje guiar en todas sus determinaciones con la sabiduría y bondad que viene del Cielo".
"Está bien que la Biblia haya vuelto al Palacio Quemado, pero es mucho más importante que la Palabra de Dios esté en el corazón de los gobernantes y del soberano que los elige", concluyó.