El nuevo vicepresidente de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos (USCCB), Mons.Allen Vigneron, expresó su deseo de ayudar a traer un espíritu evangelizador al Episcopado, a medida que la religión continúa disminuyendo en los Estados Unidos.
"Necesitamos convertirnos en una Iglesia evangelizadora donde la fe se transmite de persona a persona de manera más directa", dijo el Arzobispo de Detroit a CNA – agencia en inglés del Grupo ACI - el martes en el marco de la reunión anual de otoño de los obispos realizada en Baltimore, Maryland.
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El Arzobispo comentó que hay una "urgencia" de evangelización en Estados Unidos, en un tiempo donde el porcentaje de estadounidenses que se identifican como cristianos continúa disminuyendo.
Un informe de Pew Research el mes pasado reveló que el porcentaje de estadounidenses que se identificaban como cristianos se redujo en dos dígitos desde 2009, y que los católicos ya no representan una mayoría entre los hispanos en los Estados Unidos.
La evangelización es la respuesta, dijo Mons. Vigneron. Recordó el sínodo arquidiocesano realizado el 2016 que convocó a fieles laicos, sacerdotes y religiosos en Detroit, del cual al año siguiente publicó su carta pastoral "Libere el Evangelio". En esa carta, Mons. Vigneron estableció diez "guías" para la evangelización y advirtió contra ciertos "vicios capitales" en la Iglesia local.
"Fue de un valor incalculable para nosotros tener un sínodo", dijo Mons. Vigneron. Afirmó que fue un momento de "gran cambio" en la Iglesia en los Estados Unidos, con un alejamiento de las instituciones que alguna vez fueron potencias de evangelización (escuelas y organizaciones benéficas).
La evangelización, señaló, "implica que todos aprendan de alguna manera, o piensen, ¿cómo voy a tratar a las personas hoy para poderlas llevar a Cristo?, todos podemos hacer eso".
Después de su elección como vicepresidente de USCCB, Mons. Vigneron también conversó con CNA sobre la respuesta de la Iglesia a la crisis de abuso sexual en el clero, incluida una actualización dada a los obispos sobre el tan esperado informe del Vaticano sobre Theodore McCarrick.
El Arzobispo de Boston, Cardenal Sean O'Malley, dijo a la conferencia el martes que el informe había sido preparado y estaba esperando la aprobación papal antes de su publicación, ya sea antes de Navidad o al comienzo de 2020.
Mons. Vigneron señaló que estaban esperando la publicación del informe, pues es un paso necesario para sanar la ruptura de la confianza entre los obispos y los fieles en los Estados Unidos.
"Creo que será bueno para nosotros comprender cómo se permitió que este mal continuara en la vida de alguien, en quien se depositó tanta confianza pastoral, para que podamos comenzar un camino para que esto no vuelva a suceder", añadió.
Como parte de la ola de escándalos de abuso que golpearon a la Iglesia en los últimos 18 meses, muchas diócesis enfrentan investigaciones por parte de los fiscales generales de los estados sobre abuso sexual por parte del clero. El informe del gran jurado de Pensilvania, publicado en 2018, reveló más de mil acusaciones de abuso en el transcurso de varias décadas, y más de una docena de otros estados, incluido el propio estado de Mons. Vigneron en Michigan, tienen investigaciones abiertas.
Mons. Vigneron comentó a CNA que estaba comprometido en trabajar con las autoridades civiles para abordar injusticias históricas, pero que él y otros obispos no sabían cuándo podría concluir la investigación.
"No sé cuál es el trabajo del Fiscal General en nuestras siete diócesis en este momento", dijo Mons. Vigneron, pero señaló que la Arquidiócesis de Detroit y él están "cooperando" con los funcionarios estatales.
Mons. Vigneron resaltó que, aunque el escándalo de McCarrick había sido doloroso para la Iglesia en los Estados Unidos, muchas víctimas anteriores de abuso ahora se han presentado, y eso es una parte importante de servir a la justicia y la curación en la Iglesia.
En décadas pasadas, algunas diócesis les pidieron a las víctimas de abuso que firmaran acuerdos de confidencialidad como parte de los acuerdos con las autoridades de la Iglesia, algo que ahora está específicamente prohibido por el Papa Francisco. Mons. Vigneron dijo que era importante que ninguna víctima se sintiera intimidada en el silencio.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.