El Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, explicó en su carta semanal que "uno de los aspectos centrales del magisterio del Papa Francisco es el tema de los pobres", algo que se demuestra "no sólo por medio de las palabras, sino sobre todo con los gestos".
Según precisa, no se trata de un tema que debe ser tratado "académicamente", sino que debe ser "vivido y experimentado vitalmente".
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Por eso subraya en su carta que la voz del Papa Francisco "se levanta continuamente en defensa del pobre y que pone en crisis al mundo entero con este reclamo evangélico, como no lo hace nadie en el mundo".
También recordó que la "opción por los pobres" es algo repetido por los últimos pontífices y recuerda que el Papa Francisco aseguró que "la opción por los pobres es una categoría teológica, antes que cultural, sociológica, política o filosófica".
En ese sentido, Mons. Fernández explica que "se trata de poner los ojos en Jesucristo, que siendo rico se hizo pobre y que proclamó bienaventurados a los pobres de espíritu", porque "Él vivió pobre, nos invita a seguirle por el camino de la pobreza y la austeridad personal".
Jesucristo también invita "a salir al encuentro de los pobres de nuestro tiempo, tantos, tantísimos por tantas formas de pobreza, pobrezas materiales y espirituales".
"Niños explotados a los que se les ha robado la infancia, jóvenes a los que se les cierra el futuro, adultos que viven en situaciones precarias y con falta de todo, mujeres explotadas y abusadas, migrantes en busca de un mejor porvenir a quienes se cierran las puertas", explica el Prelado y subraya que de todas esas personas "Dios nunca se desentiende, sino que escucha, protege, defiende, redime, salva. Por eso, los pobres, aún en la situación más extrema, pueden confiar en el Señor, y la esperanza de los pobres nunca se frustrará".
Mons. Fernández precisó que "la Iglesia existe para ser el corazón de Dios abierto a las personas de nuestro tiempo, al estilo de Jesús el buen samaritano". Por eso, subrayó que la Iglesia debe ser siempre "lugar de acogida, donde nadie se sienta extraño. Y de una acogida humilde y cariñosa, porque la Iglesia no tiene todos los medios para resolver todos los problemas, pero sí tiene en su corazón el amor de Dios manifestado en el corazón de Cristo Jesús, y con ese talante debe salir y acoger a los más pobres".
También recordó que "los pobres no son números ni estadísticas, sino personas concretas que sufren en su carne esas carencias", por lo que "la atención a los pobres no se reduce a la asistencia, ante cuya urgencia hemos de actuar, sino que debe buscar la verdadera promoción integral de la persona con programas y proyectos de desarrollo, que eliminen las injusticias que están detrás".
Además destacó que "lo que más necesitan los pobres es a Dios" porque "los pobres nos evangelizan y son evangelizados, he ahí una señal inequívoca del Reino de Dios. Ellos nos recuerdan el rostro de Cristo, porque Jesús ha querido identificarse con cada uno de ellos".
El Obispo de Córdoba también recordó que "los pobres nos denuncian sin palabras nuestra comodidad y nuestro egoísmo, y resultan molestos a nuestra sociedad que intenta esconderlos. Esta Jornada de los Pobres viene a recordarnos esta tarea pendiente, en la que continuamente somos aprendices".
Y explicó que la Jornada Mundial de los Pobres es un momento que sirve para "poner ante nuestros ojos a todos los que trabajan en este campo y agradecerles su entrega y generosidad".
Personas que son un ejemplo para jóvenes y adultos, como Madre Teresa de Calcuta, "un icono evangelizador de nuestro tiempo", pero también destacó el trabajo de las "personas sensibles a esta dimensión esencial de la Iglesia" que encontramos en nuestras parroquias y comunidades y animó a apoyarles en su tarea.
Además Mons. Fernández mostró su deseo de que la Jornada mundial de los pobres "nos ayude a todos a ser Iglesia, corazón de Dios que escucha y atiende a los pobres, a ser Iglesia samaritana que trabaja por la justicia con corazón".
Puede leer la carta íntegra AQUÍ.