Obispos y sacerdotes de la Diócesis de Merlo-Moreno (Argentina) expresaron su cercanía con Mons. Fernando Gil, actual Obispo de la Diócesis de Salto (Uruguay), que se encuentra delicado de salud.
Mons. Gil de 66 años de edad, se encontraba de viaje en Roma cuando sintió algunas molestias físicas.
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A su regreso, en su paso por Argentina, país donde vivió gran parte de su vida, fue internado en el Sanatorio Austral de Buenos Aires donde le diagnosticaron un tumor cerebral.
Tras ser dado de alta se quedó unos días en Buenos Aires y celebró su primer aniversario episcopal. Retornó a Uruguay el 26 de septiembre.
El Obispo de Merlo-Moreno, Mons. Fernando Maletti; el Obispo Auxiliar, Mons. Oscar Miñarro; el Obispo Emérito, Mons. Fernando Bargalló; y el Vicario General, P. Fabián Sanz; viajaron hasta la diócesis uruguaya para saludar al Prelado y presentarle una carta firmada el 10 de noviembre por el clero diocesano.
El encuentro se concretó el 12 de noviembre en la casa del Obispado de Salto, lugar donde Mons. Gil reside.
La carta entregada expresa: "Tus hermanos sacerdotes de Merlo-Moreno queremos estar cerca tuyo en este momento difícil que te toca atravesar. Queremos que sepas que estás cerca de todos y de cada uno de los curas que servimos en los barrios de nuestra diócesis; que tu sufrimiento lo padecemos también nosotros porque somos un cuerpo y 'si un miembro sufre, todos sufren con él".
"Nuestro cariño hacia vos se fue forjando en estos años de compartir el mismo y fraterno presbiterio de Merlo-Moreno. Es cierto que hicimos esfuerzo para hacer realidad el deseo sacerdotal de Jesús: 'Que todos sean uno'", agregaron.
En la misiva, los sacerdotes comentaron que "la oración del pueblo fiel se transforma en una especie de coro unánime que reza por vos con esa fe pura y limpia de los sencillos".
"Sabemos que la Virgen te acompaña". "Te queremos, te abrazamos", finaliza la carta.
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En conversación con ACI Prensa, el Vicario General de Salto, P. Carlos Silva Guillama, explicó que Mons. Gil es muy querido por la comunidad.
"Es un hombre de fe profunda, mucha oración. Él prometió dar la vida en la Diócesis de Salto y así lo ha hecho", expresó.
"Es una persona que se hace querer muchísimo, ha recorrido toda la diócesis en un año, lugar que no es fácil porque tiene mucho terreno rural, entonces hay dificultades en el camino".
El P. Silva agregó que Mons. Gil manifestó su cercanía y opción por los jóvenes y ellos le han correspondido en estos momentos difíciles con jornadas de oración; al igual que la comunidad diocesana de Salto en cada una de sus parroquias.
Respecto al estado de salud, Mons. Gil padece un tumor cerebral que "no es operable". Está con cuidados paliativos profesionales, visitas restringidas y ha recibido la visita de algunos miembros de su familia.
El P. Silva explicó que el obispo está "plenamente consciente de su estado de salud", con altibajos en su estado de ánimo y muy atento a lo que sucede con la vida de la diócesis.
