El Papa Francisco recibió este miércoles 13 de noviembre en el Vaticano al líder de la Iglesia anglicana y arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
"En la tarde de hoy, 13 de noviembre de 2019, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia a su gracia Justin Welby, arzobispo de Canterbury, acompañado de su gracia Ian Ernest, arzobispo director del Centro Anglicano de Roma y representante de la Comunión Anglicana ante la Santa Sede", señala un comunicado de la Oficina de Prensa del Vaticano.
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En el encuentro ambos líderes dialogaron sobre "la condición de los cristianos en el mundo y sobre algunas situaciones de crisis internacional, en particular la dolorosa realidad por la que pasa Sudán del Sur", país afectado por un grave conflicto interno en África.
Al concluir la reunión, ambos líderes acordaron que "si la situación política en el país permite constituir un gobierno transitorio de unidad nacional en los próximos 100 días, al concluir el plazo del acuerdo firmado en los últimos días en Entebbe (Uganda), es su intención viajar juntos en una visita a Sudán del Sur".
El domingo 10 de noviembre el Papa Francisco animó a los líderes del país africano a recurrir a la vía del diálogo para superar el conflicto civil que azota al país desde que logró la independencia de su vecino Sudán en 2011.
Ese día, el Santo Padre también expresó su deseo de viajar a Sudán del Sur en 2020, aunque no precisó fecha.
El Pontífice ya había expresado su intención de viajar al país africano en marzo pasado, siempre que se den las condiciones apropiadas. El viaje ya había sido cancelado en mayo de 2017 al no estar garantizada la seguridad del Papa y de los fieles que participarían en los eventos.
El Pontífice confirmó su intención de realizar este viaje en el discurso pronunciado el 11 de abril en la Casa Santa Marta durante el retiro espiritual en el que participaron autoridades civiles y eclesiásticas de Sudán del Sur.
El conflicto en Sudán del Sur se convirtió en guerra civil abierta en diciembre de 2013 debido a las dificultades para la convivencia entre las diferentes etnias y culturas del país, en especial entre los pueblos dinka, a la que pertenece el presidente Salva Kiir, y el pueblo Nuer, cuyos líderes son los principales opositores al oficialismo.
En agosto de 2015 se firmó un acuerdo de paz, pero en julio de 2016 se reanudaron los enfrentamientos con mayor violencia.
La guerra ha provocado una grave crisis económica que, junto con los efectos de la sequía y el latente conflicto con su vecino Sudán por el control de las materias primas del norte del país, ha generado una gran hambruna.