"¡Por amor a nuestra patria terminemos con la violencia!", exclamaron los obispos de Chile durante el desarrollo de la 119° Asamblea Plenaria, en el que pidieron deponer los intereses personales o de grupo por el bien del país y a llevar a cabo un diálogo nacional sin exclusiones.
La Conferencia Episcopal de Chile emitió su comunicado este 12 de noviembre, cuando se cumplen 26 días de protestas con manifestaciones pacíficas, pero también con ataques a iglesias, edificios públicos y enfrentamientos con la policía.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En ese sentido, los obispos señalaron que "ante las denuncias por violaciones a los derechos humanos, personas fallecidas, heridas, vandalismo, saqueos, destrucción de infraestructura pública y privada, pedimos con fuerza e insistencia que cese todo tipo de violencia, venga de donde venga".
"No olvidemos que nuestra historia nos enseña el grave daño que el quiebre de la institucionalidad y la transgresión sistemática de la dignidad de las personas han dejado en muchos conciudadanos y en el alma de Chile", expresaron.
"En esta hora compleja de nuestra historia, como hijos de Dios en esta tierra, como ciudadanos y pastores, humildemente apelamos a la generosidad de todos para anteponer a cualquier ambición personal o grupal el bien común de la patria, la que nos debiera congregar como una sola familia", añadieron.
Los obispos señalaron que hoy en Chile el respeto y el diálogo son una urgencia. "En el actual escenario, en que se ha invitado a una amplia reflexión sobre una nueva Constitución, es imprescindible un diálogo nacional sin exclusiones, amplio, participativo y diverso", que integre a los políticos, movimientos sociales y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, "siguiendo el legítimo cauce institucional".
El domingo 10 el Gobierno de Sebastián Piñera anunció que dará inicio a un proceso para tener una nueva Constitución que reemplace a la aprobada en 1980 durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, y que es una de las demandas que se plantean en las protestas.
"La amistad cívica, la justicia y el respeto a la institucionalidad son la condición esencial de la convivencia y de la reconstrucción del tejido social", indicaron los obispos.
En su comunicado, la CECh puso a Chile en manos de la Virgen del Carmen y recordó que "el fruto propio de la justicia es la paz" y que el país "no puede esperar".
"Todos tenemos que hacer nuestros mejores esfuerzos para derribar los muros que nos separan y tender los puentes que nos permitan encontrarnos y construir un pacto social que nos conduzca a un futuro con más justicia, con paz y dignidad, donde nadie se sienta excluido del desarrollo humano integral".