El P. Hans Zollner, sacerdote jesuita y presidente del Centro de Protección de Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, concedió una entrevista al programa Cara a Cara de EWTN en donde explicó la respuesta a la crisis de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia.
El experto de la Universidad Gregoriana animó a que la Iglesia Católica trabaje por y para las víctimas y lidere la prevención de estos abusos porque "más del 90% los cometen quienes no viven el celibato, es decir, en las familias, en las asociaciones de deporte y quienes no han prometido vivir el celibato. Mientras que el 95 o 96% de los sacerdotes de países en los que se han dado esta situación han vivido una vida contundente en la que no han abusado de menores".
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Sobre las respuestas de la Iglesia a esta profunda crisis, el P. Zollner habló sobre el Encuentro sobre la protección de menores de febrero de 2019 en el Vaticano y en el que participaron todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo, así como los superiores generales y responsables de todas las órdenes religiosas.
Durante esos días, los participantes "vieron el interés del Santo Padre para involucrarse y comprometerse en una lucha que concierne a la Iglesia y en nombre de la sociedad entera", además escucharon el testimonio de ocho víctimas que explicaban su caso bajo tres preguntas: ¿Qué sucedió? ¿Qué pasó cuando contactaste a las autoridades eclesiásticas? Y ¿qué quieres que las autoridades hagan con casos como el tuyo?.
Según precisó el P. Zollner con estos testimonios "los obispos comprendieron que no se trata de personas que quieren destruir la vida de la Iglesia o dañarla" y que provenían "de todas las partes del mundo, no sólo de países occidentales", algo que "les abrió los ojos porque se dieron cuenta por primera vez que es una realidad en sus países y regiones".
Vos estis lux mundi
Al término de esa reunión en el Vaticano se tomaron algunas decisiones que implican acciones concretas como la institución de comisiones de prevención y lucha contra los abusos que están al mismo nivel de la conferencia episcopal, además de la aplicación a nivel mundial de la carta apostólica en forma de motu proprio "Vos estis lux mundi" .
Este documento fue promulgado tan sólo tres meses después del encuentro en Roma, el 1 de junio de 2019 en más de 190 países. "Estas normas y leyes han sido aprobadas en poco tiempo (…). Tenemos que ver cómo funcionan porque el Santo Padre promulgó la ley por tres años y hay que revisarla después para ver cómo ha funcionado y si hay que cambiar algo", explicó durante la entrevista.
Sobre el documento Vos estis lux mundi el experto de la Universidad Gregoriana de Roma explicó que tiene repercusiones especialmente sobre "la responsabilidad y la corresponsabilidad del obispo frente a la ley, al Santo Padre y a los hermanos obispos".
El P. Zollner considera "un punto fundamental" cómo rendir cuentas ante el conocimiento y la acción ante un caso de abuso. Por lo que ahora todos los religiosos, sacerdotes y clérigos "están obligados a denunciar acusaciones de abuso cuando saben de un caso ante la autoridad eclesiástica. O cuando hay una negligencia por parte de un obispo, el Arzobispo metropolitano tiene el derecho de comenzar una investigación".
Además este documento ha introducido un nivel intermedio entre el obispo y el Papa, "que es la autoridad del obispo metropolitano", pero si hay una acusación de negligencia concerniente al metropolita la responsabilidad recae en "los obispos sufragáneos con el ayuda del nuncio en el país".
Además, precisó que "todos los casos de acusaciones de abusos sexuales cometidos por un sacerdote, diácono u obispo contra menores de edad es tratado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, y no por otros dicasterios".
"En los últimos años han ampliado el número de jueces y personas que trabajan en estos casos, pero hay una complicación muy importante que son las lenguas diferentes, la atención a las víctimas y la dificultad de conectarse con las personas que están en la otra parte del mundo", indicó el P. Zollner.
Dijo que "un caso solo trae muchísimo trabajo para poquísimas personas que están trabajando en este momento en la Congregación para la Doctrina de la Fe", pero aseguró que le consta que están comenzando a organizarse de manera que ayuden "a avanzar en los casos con una rapidez mayor".
Países avanzados en la prevención
Sin embargo, el P. Zollner explicó que no todos los países están en el mismo punto la prevención de esta lacra y que hay algunos que "están empeñados en prevenir las reacciones y escándalos, mientras que en otros, sobre todo en países pequeños donde hay un liderazgo de la Iglesia definido y un episcopado unido, hay la posibilidad de responder en una forma contundente y apropiada".
Indicó que en esta lucha están más adelantados "México Chile, Argentina y quizás el Salvador, en Centroamérica, y otros puntos como la Archidiócesis de Bogotá en Colombia, o Quito en Ecuador".
Aseguró que estos son "puntos de referencia que están también organizando talleres, cursos en universidades y también discutiéndolo al nivel de la sociedad".
Pero subrayó que tanto en América Latina como en el resto del mundo "una sociedad tiene que estar preparada para empezar a discutir estos temas en un sentido más amplio". Además explicó que el cambio que se ha producido en algunos países es "un factor de gran esperanza porque veo que en muchos países hay la posibilidad de hablar de este tema donde hace dos años atrás no era posible abrir la boca y tener un taller público. Es sorprendente y de gran alegría y esperanza porque veo que después de años en los que no se adelantaba, parecía que estábamos en el mismo lugar; ahora veo más interés y empeño y más personas que están ciertamente involucradas, son competentes y voluntariosas para contribuir a un cambio fundamental en la Iglesia", destacó.
"En otros países, como son muchos de los países andinos, todavía no veo mucha discusión sobre eso [los casos de abusos] también por razones de economía. Una sociedad parece que inicia la discusión sobre esos temas cuando hay un cierto bienestar económico, porque cuando hay demasiada pobreza, violencia, como sucede en algunos países en América en este momento, la gente no está interesada en la discusión sobre la violencia sexual", afirmó.
También animó a que "cada institución dentro de la Iglesia, las diócesis, tienen que formar personas más expertas en la misión [de proteger a los menores], y para esto está el centro de protección del menor de la Universidad Gregoriana que fue creado hace ocho años".
Porque, según explicó, "cada persona, no solo los provinciales o sacerdotes, sino que todos podemos contribuir, en primer lugar, para luchar contra los abusos y en segundo lugar escuchar a las víctimas de los abusos cometidos y en tercero, para un cambio de actitud en la Iglesia, haciendo algo para mejorar la situación.