La Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) emitió un comunicado en el que alentó a superar la grave crisis actual con el diálogo y pidió que no haya un solo muerto más en el país.
"La Secretaría General de la Conferencia Episcopal Boliviana manifestamos nuestra tristeza, dolor e indignación por los violentos enfrentamientos de estos días en el país", señala el texto de los obispos bolivianos del 8 de noviembre.
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"Expresamos nuestra cercanía y solidaridad con los familiares de las víctimas; les aseguramos nuestras oraciones al Dios de la Vida por su eterno descanso y por el pronto restablecimiento de los heridos de ambas partes", prosiguen.
Bolivia atraviesa una grave situación tras el resultado de las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre. Los enfrentamientos en las calles han cobrado la vida de al menos tres personas, han dejado decenas de heridos y cientos de detenidos.
Los enfrentamientos se generaron tras la reanudación del escrutinio público que daba al actual presidente, Evo Morales, una ventaja que no tenía antes de la pausa del conteo, que hacía innecesaria una segunda vuelta que debía realizarse con el candidato Carlos Mesa.
La oposición, encabezada por los comités cívicos, exige la renuncia de Morales y la convocatoria de nuevas elecciones. Por su parte, el presidente que lleva ya 13 años en el poder se ha proclamado vencedor y denuncia un intento de golpe de Estado.
La crisis se agravó aún más luego que el viernes 8 de noviembre diversas unidades de la policía se manifestaran en contra de Morales en ciudades como Cochabamba, Sucre, Santa Cruz, Chuquisaca, Beni, Potosí, Oruro y La Paz.
Se espera que las manifestaciones en contra de Morales prosigan ante la denuncia de fraude electoral que habría sido perpetrado por el gobierno.
En su comunicado, los obispos lamentan "profundamente que este conflicto haya crecido hasta desembocar en los hechos dramáticos que hoy enlutan al país. La violencia nunca lleva a soluciones verdaderas y duraderas y, por el contrario, es fuente de tristeza y muerte".
"Una vez más como Iglesia Católica, defensora de la vida, condenamos vehementemente la violencia, venga de donde venga. Urge optar por el diálogo sincero y honesto, único camino responsable y efectivo para solucionar nuestros problemas", prosigue el texto.
"Llamamos a las instancias de Gobierno, que tienen la responsabilidad principal de conducir al pueblo por caminos de paz, a instalar con urgencia un diálogo de todas las partes; a los partidos de oposición les recordamos que el camino mejor es siempre el de la concertación; a los comités cívicos, les invitamos a crear condiciones favorables para el diálogo y a toda la población a cuidar el don de la vida, que es un don de Dios y a manifestar sus ideas en paz y sin agresiones", dicen los prelados.
"No debe haber ni un muerto más. En nombre de Dios, exigimos a todos a deponer actitudes de confrontación e instalar un diálogo responsable a la brevedad posible".
"Invitamos a todos a vivir estos días en actitud de oración. Vamos a multiplicar los encuentros de oración en el país, para que el Dios de la vida y de la paz ayude a Bolivia e inspire sentimientos de concordia entre todos los bolivianos", concluye el comunicado.