En conferencia de prensa este 6 de noviembre, Mons. Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, lamentó que México vive actualmente una "violencia feroz".
El Arzobispo recordó la violencia desplegada por el crimen organizado en Culiacán, Sinaloa, durante el fracasado intento por capturar a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán, así como la reciente masacre de niños y madres en la frontera de los estados de Sonora y Chihuahua, e indicó que la Iglesia siente dolor por "estos actos de violencia tan crudos".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"El de Culiacán, tan difícil de entender, de ubicar, y este otro que va directamente en contra de mujeres y niños, que esto ya es una ferocidad ya mayor", expresó.
Las autoridades contabilizaron al menos 14 muertos por la violencia desplegada por el narcotráfico en Culiacán el 17 de octubre, que logró que el Gobierno retrocediera y liberase a Guzmán López, a quien acababa de capturar.
El 4 de noviembre un grupo armado interceptó y asesinó a tres madres de familia y seis de sus hijos, mientras que otros seis quedaron heridos, en la frontera de los estados de Sonora y Chihuahua.
De acuerdo a cifras oficiales del Gobierno de México, desde diciembre de 2018 al 6 de noviembre de este año se han registrado 26.455 homicidios dolosos en el país.
El presidente de la CEM señaló que en la próxima 108ª Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, que se celebrará del 11 al 15 de noviembre de este año, los obispos abordarán el problema de la inseguridad que se vive en México, así como "la pobreza creciente de México, que esa no parece ser que vaya al menos de modo inmediato a la baja".
También reflexionarán sobre "la corrupción, que parece imparable. No solo la corrupción que tiene que ver con el dinero sino con el ejercicio de la autoridad".
Mons. Cabrera López indicó que en el pueblo mexicano hay "un sentimiento de desconfianza hacia las autoridades locales, federales", pues "se preguntan cuál es el papel de policía y de la Guardia Nacional" ante la violencia.
"Tenemos una población anímicamente insegura y con miedo. Esto se percibe a donde quiera que uno va a visitar las colonias, las parroquias, la gente tiene esta sensación", dijo.
El Arzobispo de Monterrey dijo que "tenemos que ver cómo (en) nuestro país se detiene esta ola, porque también tenemos comunicación con los gobiernos municipales que la violencia intrafamiliar ya no es solamente de esposo a esposa o viceversa, sino también la violencia de hijos hacia padres y de padres hacia hijos".
"Esto es preocupante, porque si la familia crece en violencia, las calles serán el escenario natural de una violencia mayor", dijo.
El presidente de la CEM indicó además que la violencia produce la "sensación de que andamos en un terreno minado, cualquier cosa puede ocurrir en el entorno de nuestro país".