El Arzobispo de Puerto Príncipe, Mons. Max Leroy Mésidor, exhortó al presidente de Haití, Jovenel Moise, y a la clase política a escuchar "la voz de la sabiduría" para poder salir de la crisis en que se encuentra el país desde hace meses.
El Prelado hizo este llamado el martes 22 de octubre en una Misa celebrada en la catedral local. "Ante esta situación de miseria y peligro, apelo. Hago un llamamiento al Jefe de Estado, a los colaboradores del gobierno, a los parlamentarios, a los políticos, a todos aquellos que sinceramente quieren ayudar a Haití. Les ruego, en nombre de Dios, que escuchen la voz de la sabiduría", expresó.
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"Les suplico en nombre de Dios que hagan los sacrificios más admirables para encontrar una solución rápida a esta crisis", exhortó.
El Arzobispo afirmó que la Iglesia es solidaria con el sentir del pueblo y denunció que "demasiadas personas mueren en el país", en medio de las protestas.
El Prelado recordó que cuando visitó Haití en 1983, San Juan Pablo II dijo que "algo debe cambiar en este país", sin embargo, 36 años después el Arzobispo preguntó qué se ha hecho para mejorar la situación de la población.
Luego de la Misa, los fieles salieron en una marcha pacífica silenciosa convocada el viernes por la Conferencia de Religiosos de Haití y que se realizó a nivel nacional para pedir por una solución a la crisis.
Haití enfrenta desde hace meses protestas que han terminado con la muerte de 20 personas y unos 200 heridos. Los manifestantes piden la renuncia del presidente Moise, que gobierna el país desde 2017 y que es acusado de corrupción y de una mala gestión de la economía que ha provocado escasez de combustible, alimentos y aumento de precios, además de inseguridad.
Haití tiene casi once millones de habitantes y según el economista haitiano Kesner Pharel, el 60% gana menos de dos dólares al día y un 25% de la gente gana menos de un dólar diario.
Además, indicó que la economía empezó a tambalearse con la disminución de los subsidios generados por Petrocaribe, la alianza petrolera fundada por Hugo Chávez en 2005; así como con el fin de la asistencia internacional que Haití recibía tras el terremoto del 2010.