Denuncian ante el Vaticano supuestas irregularidades en exhumación de Franco

El prior de la Abadía del Valle de los caídos, el P. Santiago Cantera envió un mensaje al Papa Francisco, al abad de Solesmes, a la Conferencia Episcopal Española y al Arzobispo de Madrid, el Cardenal Carlos Osoro, de que la próxima exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos no respeta "la inviolabilidad" de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, como lugar sagrado.

Los restos de Francisco Franco están en el interior del Valle de los Caídos, donde se encuentra una abadía benedictina. Después de la sentencia del Tribunal Supremo está previsto que los restos se exhumen el jueves 24 de octubre a las 10:30 a.m y que sean trasladados en helicóptero hasta el cementerio de Mingorrubio, en Madrid (España).

Según informan diversos medios, el prior de la Abadía benedictina del Valle de los Caídos presentó también una denuncia ante el juez por el acceso "inconsentido" de la Guardia Civil al templo.

"Queremos dejar constancia de que la actuación de las Fuerzas de Seguridad y de los operarios ha sido y es totalmente incompatible con el principio de inviolabilidad de los lugares de culto y los derechos de esta comunidad benedictina; lo que hemos expuesto, igualmente, en conocimiento de la jerarquía eclesiástica", según difundió la comunidad benedictina en un comunicado hoy miércoles.

Europa Press precisó que los benedictinos han trasladado esta denuncia al Arzobispado de Madrid, a la Conferencia Episcopal Española, a la abadía de Solesmes, donde vive el superior general de la orden Benedictina, y a la Santa Sede.

El pasado 21 de octubre el P. Cantera presentó una denuncia ante el Juzgado de Guardia de San Lorenzo de El Escorial (Madrid) por "impedir el acceso a los monjes" a la basílica.

En el comunicado los benedictinos precisan que desde el 11 de octubre, tras el acuerdo del Consejo de Ministros que decretaba el cierre del Valle de los Caídos, "la Guardia Civil, sin autorización judicial que lo permitiera, accedió y deambuló por dependencias de la abadía y, lo que es más grave, accedió y deambuló por la basílica".

Según precisan los religiosos, la Guardia Civil "sin autorización eclesiástica alguna y ocupándola durante las 24 horas del día, vulnerando, de esta manera, tanto el derecho a la inviolabilidad domiciliaria como el derecho a la libertad religiosa".

En la denuncia también precisan que el día 20 de octubre se impidió el paso a los monjes ya que se colocaron "cadenas y candados en la puerta de acceso entre la abadía y la basílica"  a pesar ser "los únicos titulares y custodios del templo".

Sin embargo sí se ha permitido la entrada a la basílica y la abadía de terceras personas "sin la más mínima vigilancia", por lo que los benedictinos aseguran que no tienen la seguridad de que estas personas no hayan contravenido "el carácter sagrado del templo, desconociendo si se han producido actuaciones incompatibles con el culto, la piedad o la religión". 

De los miembros de la comunidad benedictina, el gobierno sólo ha autorizado que esté presente el prior Santiago Cantera, pero no el resto de los miembros de la abadía.

Francisco Franco fue jefe del Estado de España desde 1939, al término de la Guerra Civil española, cuando el bando nacional que dirigía venció al republicano, hasta su muerte en 1975. Sus restos fueron sepultados en el Valle de los Caídos, un complejo monumental cerca de Madrid que incluye una abadía, cuya construcción él ordenó para honrar a los fallecidos de ambos bandos durante la guerra civil.

Postura de la Iglesia

En el mes de enero de 2019, Alessandro Gisotti que por entonces ocupaba el cargo de director interino de la sala de prensa del Vaticano, aseguró que la exhumación de Franco es un "asunto concierne a su familia, al Gobierno español y a la Iglesia local".

Por su parte, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello, recordó en numerosas ocasiones que la Iglesia "no se opone" a la exhumación de los restos de Francisco Franco según la sentencia del Tribunal Supremo, pero pidió "mirar hacia delante" y no "reabrir heridas".