En medio de la profunda crisis de violencia que sufre México, que se hizo más patente con el reciente episodio de captura y casi inmediata liberación de uno de los hijos del encarcelado narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera, la clave podría estar en la familia.
De acuerdo a cifras oficiales del Gobierno de México, al 21 de octubre de 2019 suman 23.133 víctimas de homicidios dolosos en el país. El diario El Universal estimó que el primer semestre de este año fue el más violento en la historia de México.
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El 17 de octubre en Culiacán, en el estado mexicano de Sinaloa, una patrulla de fuerzas combinadas de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) arrestó a Ovidio Guzmán López, hijo del encarcelado narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera. Sin embargo, en una polémica decisión del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, debido a las amenazas de grupos armados decidieron liberarlo "con el propósito de salvaguardar el bien superior de la integridad y tranquilidad de la sociedad culiacanense".
Ovidio Guzmán López y su hermano Joaquín han sido acusados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de traficar cocaína, metanfetaminas y marihuana a ese país.
Pocos días antes se registraron enfrentamientos violentos en los estados de Michoacán y Guerrero.
En diálogo con ACI Prensa, el P. Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedial (CCM), una de las organizaciones que ha seguido durante varios años la evolución de la violencia en el país, aseguró que "el arma fundamental para contrarrestar la violencia que estamos viviendo está en la familia".
"Y si te das cuenta, la familia puede ser una de las instituciones que más atacada ha sido en los últimos años. Y en la familia es donde surgen los valores, en donde se forman a los ciudadanos", señaló.
Para el P. Sotelo, "necesitamos reiniciar un proceso de re civilización, necesitamos re civilizarnos. Y la mejor escuela para re civilizar a la sociedad sin duda alguna es la familia, no hay otro elemento más contundente, otra institución más segura".
El sacerdote mexicano señaló que la situación actual del país se debe al "crecimiento desmesurado del crimen organizado, y ya no podemos hablar solo del narcotráfico en común, tenemos que hablar ya de una 'narcoviolencia', una 'narcopolítica', una 'narcoeconomía', una 'narcoseguridad'".
"Si vemos el mapa de la República estamos rodeados de cárteles y ellos están imponiendo las normas para la supervivencia de un país", señaló.
Sin embargo, a pesar de la difícil situación que vive el país, el P. Sotelo aún tiene "mucha confianza en que en México la gran mayoría todavía podemos revertir este lamentable mal. Pero no lo vamos a hacer solo con los dichos".
Tras apuntar que la decisión tomada por el Gobierno de López Obrador de liberar al hijo de "El Chapo" fue difícil y controvertida, el sacerdote indicó que "a pocos nos gustaría estar en sus zapatos".
"Pero tenemos que ser realistas: llegamos a una situación tan complicada porque se dejó llegar a esa situación. No tendríamos que estar pasando esto, no tendríamos que estar tomando decisiones extremas si antes, si mucho tiempo antes, hubiéramos atacado de raíz este flagelo que ha hecho de México un territorio lamentablemente muy sangriento, y con el futuro para nuestros hijos un poco oscuro".
"Nosotros tenemos que irnos muy al fondo y analizar el problema desde sus raíces", dijo.
El P. Sotelo señaló que "el problema del narcotráfico, del crimen organizado, nace porque hombres y mujeres que han hecho del narcotráfico lo que s poco a poco perdieron esa capacidad de respeto, amor, de humanismo hacia el otro".
"Todas aquellas personas que han ingresado a las filas del crimen organizado lamentablemente se han ido ahí porque no encontraron otras opciones de trabajo, de vida. Se han reclutado grandes cantidades de jóvenes, grandes cantidades de hombres y mujeres. El narcotráfico se alimenta de hombres y mujeres cuyos proyectos de vida han sido coartados y a lo mejor pisoteados".
El director del CCM advirtió que "hoy tenemos generaciones de narcos completas, desde pequeños hasta adultos. Los jóvenes de ahorita hace 20 años se hicieron narcos, su proceso de reclutamiento no llevó poco tiempo, llevó años".
"Tenemos una generación o dos de narcotraficantes en México, y por eso va a ser dificilísimo erradicarlo", dijo
"Erradicarla o eliminarla por la fuerza es como patear un avispero y llevamos más de 15 años con una guerra" que no parece tener fin, añadió.
Para el P. Sotelo, el problema debe ser enfrentado hoy por las diversas instituciones de la sociedad, incluyendo al Gobierno y a la Iglesia.
"No es un problema solo de un presidente, de un gobierno, de un partido político o de una ONG. Es un problema que todos", señaló
Recordando la conocida frase de que "no hay cosa peor que el silencio de los buenos", el sacerdote mexicano señaló que "si nos quedamos callados las cosas van a seguir así. Si no hacemos algo, los niños de ahorita, de 5, 6, 8, 10 años, dentro de 5, 6, 8, 10 años pueden ser los próximos narcotraficantes, los actores del crimen organizado en nuestro país".