Los obispos de Siria e Irak expresaron su preocupación por la ola de refugiados que ha generado la reciente incursión turca en territorio sirio y pidieron el apoyo internacional para atender la posible emergencia humanitaria, debido a que no cuentan con la capacidad necesaria para recibir a la cantidad de personas que están huyendo del conflicto.
En declaraciones a AsiaNews, el P. Samir Youssef, párroco de la Diócesis de Amadiya (Irak), señaló que la ofensiva lanzada por Turquía contra los kurdos en el norte de Siria podría causar una nueva emergencia humanitaria; siendo el Kurdistán iraquí la zona que recibirá más inmigrantes, algo que ha obligado al gobierno regional a prepararse "para recibir a las familias en fuga".
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Más de 275 mil personas han dejado sus casas y tierras del noreste sirio, buscando un lugar donde refugiarse. "Algunas familias habían vuelto a Siria, a sus tierras de origen, para recomenzar una nueva vida y se vieron obligadas a escapar de nuevo", indicó el P. Youssef.
Por su parte, el Arzobispo caldeo de Erbil (Kurdistán iraquí), Mons. Bashar M. Warda, dijo que la comunidad internacional debe estar preparada para ayudar cuando llegue el momento "inminente" de acoger inocentes.
Indicó que en el pasado reciente la presencia de Estados Unidos "había garantizado una cierta estabilidad en el nordeste de Siria", pero su partida a inicios de la semana pasada "y la ofensiva turca cambió la situación y las familias decidieron volver a Kurdistán".
El P. Firas Lutfi, sacerdote franciscano en Alepo (Siria), comentó a Vatican News que en este conflicto, "la comunidad cristiana, presente desde hace dos milenios en Siria, es la más afectada. Nos arriesgamos a nuestra extinción. Los cristianos son una parte esencial de la sociedad -una parte fundadora, diría yo- y corren el riesgo de ser aniquilados y borrados de la memoria de Siria".
Otro temor es el posible resurgimiento del fundamentalismo islámico, como señala el P. Lutfi. Los "kurdos tienen en sus prisiones a muchos yihadistas del ISIS y de otras facciones fundamentalistas islámicas. De las noticias que nos llegan parece que estos prisioneros están escapando y huyendo de su control. Una vez que han escapado, ¿pueden reorganizarse? El miedo es éste", advirtió.
El Papa Francisco compartió su preocupación por la situación de la población siria luego de celebrar la Misa de canonización del domingo 13 de octubre. El Pontífice recordó "a la amada y martirizada Siria, de donde llegan nuevamente noticias dramáticas de la suerte de la población del noreste del país, forzada a abandonar sus hogares a causa de las acciones militares".
El Santo Padre pidió "a todos los actores implicados y a la comunidad internacional que se comprometan con sinceridad en el camino del diálogo para buscar soluciones eficaces".
Las tropas turcas cruzaron su frontera sur y ocuparon parte del norte de Siria después de que el domingo 6 de octubre Estados Unidos retiró los efectivos que tenía en la zona. Turquía aprovechó esa circunstancia y al día siguiente, lunes 7 de octubre, lanzó la operación militar destinada a neutralizar a las fuerzas kurdas instaladas en el territorio.
El ejército turco, mediante bombardeos aéreos y la ocupación del territorio con soldados de su aliado el Ejército Libre Sirio, formado por opositores al presidente sirio Bashar al-Asad, pretende expulsar a los kurdos y asentar a lo largo de la frontera a los cerca de tres millones de refugiados sirios que están instalados en Turquía.
El 17 de octubre, Turquía accedió a suspender temporalmente su ofensiva militar en el norte de Siria, según anunció el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence. Esta pausa será de 120 horas y ocurre luego que Rusia aceptó aliarse con Siria para hacer frente al ataque turco.
Pence realizó el anuncio desde Ankara, capital de Turquía, donde se reunió con el Gobierno de Tayyip Erdogan para negociar una tregua. El canciller turco, Mevlut Cavusoglu, señaló que solo se detendrá la ofensiva de manera permanente si los kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus siglas en inglés) abandonan la zona fronteriza.