El Obispo de Formosa, Mons. Adair José Guimarães, denunció en un reciente artículo el "grave peligro de otra maniobra judicial para legalizar el aborto" en Brasil, práctica que es un delito no punible en su país.
"Como obispo, consciente de mi misión pastoral, vengo a advertir al pueblo de Dios sobre el grave peligro de una nueva maniobra judicial para legalizar el aborto en nuestro país (…), sin respetar la voluntad de la mayoría de los brasileños, que están en contra del aborto, y lo que es peor, sin respetar la voluntad absoluta y soberana de Dios", advirtió.
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El Prelado se refirió a la Acción de Inconstitucionalidad Directa (ADI) 5581, que fue presentada ante la Corte Suprema por la Asociación Nacional de Defensores Públicos (ANADEP) para despenalizar el aborto en el caso de mujeres embarazadas infectadas con el virus del Zika.
La Corte Suprema había incluido la ADI 5581 en la votación virtual del próximo viernes 18 de octubre, pero la acción fue eliminada de la agenda el lunes 14.
En su artículo, Mons. Adair advirtió que el objetivo de la ADI es garantizar un supuesto derecho "al asesinato de niños discapacitados o sanos a manos de sus madres, con el argumento de la defensa de los 'derechos de las mujeres' que, embarazadas e infectadas con el virus Zika, corren el riesgo de que sus hijos nazcan con microcefalia, y justifican aún más que será para la protección de la salud de la mujer, incluida la salud mental y la autonomía reproductiva".
"En Brasil, la vida del feto ha sido blanco de ataques inadmisibles y constantes, con la colaboración de la Corte Suprema, en su activismo judicial, que ha estado usurpando la función principal del Poder Legislativo para editar leyes, a modo de representación de la voluntad popular", denunció el Obispo.
Mons. Adair cree que esto forma parte de una agenda global que "representa una grave amenaza para los valores cristianos, la civilización occidental y la soberanía nacional".
"Usado como justificación para institucionalizar una forma reprensible de eugenesia, nos enfrentamos a una manipulación genuina de los derechos de las mujeres que están en riesgo de tener hijos con los efectos del Zika", explicó.
Mons. Adair destacó el papel de varias mujeres (especialmente de los estados del noreste donde se extendió la epidemia) que "abrazaron su noble misión con verdadero amor maternal y sin rechazo a los bebés microcefálicos".
También aseguró que "nadie tiene derecho a asesinar a los inocentes e indefensos en el vientre de sus madres, sea cual sea la excusa o la racionalización".
"Defender la vida desde el momento de su concepción no es simplemente una cuestión de salud pública: La protección de la vida es un deber moral trascendente, por el cual todos seremos responsables ante el Señor nuestro Dios", dijo el Prelado, y agregó que "ninguna situación de vulnerabilidad física y/o social puede relativizar el valor infinito de la vida humana".
Finalmente, instó a los "fieles católicos y a todas las personas de buena fe a que soliciten a los diputados que aprueben de inmediato el proyecto de ley 4754/2016, que define el activismo judicial como un delito".