En un nuevo artículo enviado a ACI Prensa sobre el Instrumentum laboris del Sínodo de la Amazonía que se celebra en el Vaticano hasta el 27 de octubre, el Obispo Emérito de la Prelatura de Marajó (Brasil), Mons. José Luis Azcona, comentó sobre la propuesta de ordenar sacerdotes casados y respondió a la justificación de que los indígenas no comprenden el celibato.
En su artículo, el Prelado indicó que quienes defienden la ordenación de hombres casados usan entre sus razones que "se posibilitaría la celebración de Misas en las aldeas, hoy inviabilizada por la normativa del celibato"; y que se superaría "el rechazo intrínseco al mismo" porque, aseguran, en la Amazonía no se comprende "el caso de un padre indígena soltero".
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Mons. Azcona, que dirigió la diócesis amazónica entre 1987 y 2016, indicó que la primera razón no es válida "por el hecho evidente de que la ausencia de un padre para celebrar la Eucaristía es un problema común en toda la Iglesia y no solo de las comunidades indígenas". "Pertenecería, por tanto, no a un ámbito de una problemática a ser discutida por un sínodo", señaló.
Sobre el argumento del rechazo del celibato entre los indígenas porque "no lo entienden", el Prelado señaló que esto muestra que "una visión profundamente secular se apoderó" del documento de trabajo del sínodo.
"No es una cosmovisión indígena la que determina la evangelización y establece lo que puede o no ser aceptado del Evangelio de Jesucristo. Esa cultura sería un 'nuevo evangelio', como innumerables veces se da a entender en el IL, evangelio surgido de los indígenas, de sus culturas o de su análisis sobre las necesidades del hombre también en el área del celibato, de las familias, de la sexualidad, realidades estas que determinan intrínsecamente la personalidad y su historia".
Mons. Azcona señaló que "no es la cultura indígena la que encuentra dificultades insuperables para comprender el celibato. Resulta que no hubo una inculturación real del Evangelio entre ellos. Por muchas razones, ha sido una transmisión de fe 'que no estaba hecha de cultura, una fe que no se recibió completamente, no se pensó completamente, no se vivió fielmente'".
En ese sentido, explicó, "el primer paso para la solución del problema del celibato no es la abolición del mismo. Es, por el contrario, inculturar el evangelio como los valores profundos, aspiraciones vitales, raíces antropológicas de determinada cultura".
"Es Jesucristo y su Espíritu que trasciende toda la cultura, mas simultáneamente se encarna en los valores y en las expresiones más profundas de cada cultura. Él es el principio, el medio y el final de la enculturación".
"La evangelización de la Amazonía no puede nacer del deseo de 'agradar a los hombres', o de 'procurar su favor", recordó.
Asimismo, recordó que "el mensaje del Nuevo Testamento sobre la sexualidad humana y sus consecuencias, punto de partida para la comprensión del celibato, no es un estorbo insuperable para los pueblos indígenas. Así como tampoco lo fue para los griegos y romanos. Como tampoco para los judíos. Todos ellos tuvieron la misma dificultad de comprensión, mas al mismo tiempo experimentaron la alegría irrestricta de 'glorificar a Cristo en su cuerpo'".
Mons. Azcona añadió que el celibato en el sacerdocio también "facilita el trato diligente con el Señor con un corazón indiviso. Es una característica única e inigualable del kairos y la situación profética para el ejercicio de la profecía más arriesgada en la Amazonía de nuestros días".
En su artículo, el Prelado también se refirió a los detalles sobre el celibato en el Nuevo Testamento, pues "es incomprensible si no se sigue el camino de Jesús". "Su vida célibe es el germen del cual brotan necesariamente la virginidad y el celibato en la Iglesia", indicó. Por ello, dijo que no sorprende que en el documento de trabajo del Sínodo, "que secuestra al Crucificado", "no se comprensa el celibato de Jesús ni de la Iglesia".
En ese sentido, recordó que en Mateo 19, 10-12 Jesús afirma que hay quienes optan por la vida célibe –eunucos– por "el Reino de los Cielos". "Por esto, con tanta más humildad y perseverancia, nosotros los presbíteros somos invitados a implorar con toda la Iglesia la gracia de la fidelidad. En una cristología y eclesiología desprovistas de la experiencia de la gracia, el celibato no tiene sentido. Como es evidente en IL la ausencia total de alegría pascual y de verdadera esperanza cristiana", señaló.
Mons. Azcona afirmó que la castidad es un don y que quienes optan por la vida célibe reciben de Dios "el don para comportarse así". "Dios da exclusivamente el don del celibato. El hombre es incapaz de alcanzarlo con sus propios esfuerzos", recordó.
El Obispo español también recordó que los textos del Concilio Vaticano II sobre el celibato sacerdotal son "abiertos, llenos de confianza en el Espíritu de Dios que otorga libremente este don a su Iglesia".
"A la luz de lo anterior, algunas preguntas son legítimas: ¿en qué medida los pueblos indígenas y toda la Iglesia con ellos piden el don del celibato con confianza? ¿Los sacerdotes en la Amazonía pedimos consciente y confiadamente este regalo para toda la Iglesia? ¿El secularismo que impregna el IL permite esta apertura a la gracia o la anulación?", preguntó.
Mons. Azcona dijo que la oración como un medio para pedir la fuerza de Cristo "se convierte aquí, en la Amazonía, en una urgencia completamente concreta. Ha llegado el momento de reafirmar en la Amazonía la importancia de la oración frente al activismo y la laicidad que amenaza a muchos cristianos en la evangelización".
"La familiaridad con el Dios personal y el abandono de su voluntad evitarán la degradación de la humanidad, la salvarán del encarcelamiento de doctrinas puramente humanas y crearán el ambiente para la comprensión y la experiencia gozosa de la castidad y el celibato sacerdotal", afirmó.
Por último, indicó, conciliar las renuncias exigidas por la fe en Cristo "con la fidelidad a la cultura y las tradiciones del pueblo al que pertenecen fue el desafío que los primeros cristianos tuvieron que enfrentar y ese mismo es el desafío de los cristianos en la Amazonía y de los cristianos de todos los tiempos, como atestiguan las palabras de San Pablo: 'En cuanto a nosotros, predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y locura para los paganos'".
Traducido y adaptado por Eduardo Berdejo. Publicado originalmente en ACI Digital.