El reciente allanamiento a las oficinas del Vaticano está relacionado a una investigación sobre el dinero del Vaticano utilizado para financiar el desarrollo de propiedades de lujo en Londres, que provocó una ganancia inesperada para los administradores del Vaticano, según un informe del periódico Financial Times del 14 de octubre.
De acuerdo a Financial Times, la policía y los fiscales del Vaticano están investigando la posibilidad de irregularidades en una inversión de 200 millones de dólares realizada en 2014 a través de Athena Capital, un fondo de inversión de Luxemburgo, que participó financieramente en el desarrollo de un proyecto de apartamentos de lujo en Londres.
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La inversión, junto con otra de casi 50 millones de dólares realizada en 2018 en la misma propiedad, ha suscitado dudas sobre el control interno del dinero del Vaticano guardado en bancos internacionales y medios de inversión.
Financial Times informó que las inversiones del Vaticano entre 2014 y 2018 fueron autorizadas por el Cardenal Giovanni Becciu, quién fue desde 2011 hasta 2018 el segundo funcionario de alto rango en la Secretaría de Estado del Vaticano, y en 2018 fue designado para encabezar la Congregación para las Causas de los Santos.
En 2016, el entonces Mons. Becciu jugó un papel fundamental en detener las reformas financieras del Vaticano iniciadas por el Cardenal George Pell. Aunque el Papa Francisco había otorgado a la recién creada Prefectura de la Economía una autoridad de supervisión autónoma sobre las finanzas del Vaticano, el Prelado interfirió cuando la prefectura planeó una auditoría externa de todos los departamentos del Vaticano, a cargo de la firma PriceWaterhouseCooper.
Unilateralmente, sin permiso del Papa Francisco, Mons. Becciu canceló la auditoría y anunció en una carta a todo el departamento vaticano que no se llevaría a cabo.
Cuando Pell impugnó internamente la cancelación de la auditoría, Mons. Becciu persuadió al Papa Francisco para que diera su aprobación a posteriori, dijeron fuentes de la prefectura.
En 2017, Mons. Becciu fue también responsable de la dimisión del primer auditor general del Vaticano, Libero Milone.
Milone fue despedido por Mons. Becciu, quien acusó al auditor de "espiar" las finanzas de altos funcionarios, incluyendo a él mismo. El entonces arzobispo Becciu amenazó con el enjuiciamiento penal de Milone si no aceptaba abandonar su oficina del Vaticano en silencio.
Milone sostuvo que fue despedido por ser demasiado bueno en su trabajo, y porque sus reformas laborales en la Prefectura de Economía fueron recibidas como una amenaza a la autonomía y las prácticas financieras en los oficiales mayores de la Curia. Él dijo que fue despedido por cargos falsos después de descubrir evidencia de mala conducta financiera bajo el liderazgo de Mons. Becciu.
En mayo del 2018, el Vaticano silenciosamente anunció que había quitado todos los cargos contra Milone.
También en 2017, Mons. Becciu estuvo involucrado en una complicada cadena de eventos con la Soberana Orden Militar de Malta que terminó con la destitución del Gran Maestre de la Orden y la instalación del prelado como enviado especial papal encargado de ejecutar la orden.
En el centro de la controversia se encontraban acusaciones de que las autoridades financieras del Vaticano habían desviado más de 30 millones de euros de 120 millones en una cuenta bancaria suiza, para aliviar los problemas de liquidez.
El 1 de octubre de 2019 los fiscales del Vaticano autorizaron un allanamiento a las oficinas de la Secretaría de Estado. Documentos y dispositivos fueron incautados, aunque el Vaticano no indicó exactamente qué había provocado la investigación.
Al día siguiente se filtró un memorando confidencial que anunciaba la suspensión de cinco empleados del Vaticano, incluyendo dos funcionarios: Mons. Mauro Carlino, quien supervisa la documentación de la Secretaría del Estado, junto con el laico Tomasso Di Ruzza, director de la Autoridad de Información Financiera del Vaticano.
El 14 de octubre, el Vaticano anunció que Domenico Giani, el jefe de Gendarmería del Vaticano había renunciado, aparentemente por la filtración del memorándum confidencial durante su mando. La oficina de prensa del Vaticano dijo que Giani "no tiene ninguna responsabilidad personal en el desarrollo de los eventos".
Los funcionarios del Vaticano aún no han comentado sobre el informe del Financial Times.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA