En la Misa de acción de gracias por la canonización del Cardenal John Henry Newman, un obispo inglés pidió rezar y trabajar para que el nuevo santo sea reconocido como doctor de la Iglesia.
"Muchos de nosotros creemos que el Cardenal Newman hizo una contribución única al entendimiento mismo de la Iglesia, especialmente en cuanto al papel de los laicos, el lugar de la conciencia y el desarrollo de la doctrina. La Iglesia aún debe decidir si reconoce a Newman como Doctor de la Iglesia, pero es algo por lo que podemos rezar y trabajar", dijo este lunes 14 de octubre el Obispo de Hexham y Newcastle (Inglaterra), Mons. Robert Byrne, durante la homilía de la Misa celebrada en la Basílica papal de San Juan de Letrán en Roma, en acción de gracias por la canonización del Purpurado inglés.
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En una Misa celebrada en la Plaza de San Pedro el domingo 13 de octubre, el Papa Francisco canonizó al Cardenal Newman y a otras cuatro beatas: la hermana Dulce de Brasil, la religiosa india Maria Teresa Cherimal, la italiana Giuseppina Vanini y la suiza Marguerite Bays.
"Hoy damos gracias a Dios por la canonización del Cardenal John Henry Newman. La Iglesia nos ha dado en San John Henry un santo con un gran amor por la Iglesia y un pastor de almas", continuó Mons. Byrne en su homilía en la Misa que fue presidida por el Cardenal Vincent Nichols, Arzobispo de Westminster (Inglaterra).
Mons. Byrne dijo luego que la grandeza del Cardenal Newman "radica en su capacidad intelectual de acercarse a los asuntos cotidianos desde un ángulo distinto y con una perspectiva más amplia. Como su padre espiritual San Felipe Neri no podemos poner a Newman en una caja, sino que tenemos que dejarlo hablar por sí mismo y nos enseñará mucho".
"Estoy seguro que nadie estaría más sorprendido que él de verse ahora canonizado. En su propia vida ya se sugería que vivía una vida santa, pero él tenía una respuesta a eso: 'No tengo nada de santo en mí como todos saben' y 'es suficiente para mí lustrar los zapatos de los santos, si San Felipe se los lustra en el cielo'".
Tras recordar que el nuevo santo se convirtió del anglicanismo al catolicismo en 1845, el Obispo resaltó que "la búsqueda de la santidad y la verdad fueron para San John Henry la fuerza motora de su vida. Vemos en su vida cómo salió airoso en la causa de la verdad revelada y no tuvo temor para proclamarla, no solo en sus muchos escritos sino en las instituciones que estableció" como una universidad en Irlanda y una escuela en Edgbaston, Birmingham, en el Reino Unido.
"San John Henry Newman fue sepultado el 19 de agosto de 1890. 20 mil personas llenaron las calles de Birmingham para darle el último adiós. El diario The Times le dio una página completa con el obituario y mensajes de condolencias que llegaron al oratorio de Birmingham desde todos los rincones del mundo. 129 años después él aún lidera el mismo amor y respeto. Su don de la amistad continúa", dijo el Prelado.
"Es conmovedor ver a muchas personas de distintas naciones y culturas dando gracias por la canonización. La presencia de tantos obispos, sacerdotes, religiosos y fieles reunidos aquí en Roma durante el fin de semana es en sí misma un tributo a este gran hijo de la Iglesia", continuó.
"Newman pertenece ahora a toda la Iglesia, a todos esos hombres y mujeres de muchas partes del mundo que son inspirados y ayudados por él", subrayó el Obispo inglés.
John Henry Newman nació en Londres en 1801. Fue ordenado sacerdote de la Iglesia Anglicana, y en 1845 se convirtió al catolicismo siendo ordenado sacerdote de la Iglesia Católica. Tomó como lema "Cor ad cor loquitur" (El corazón habla al corazón), cuando fue creado cardenal en 1879. Murió el 11 de agosto de 1890.