Mons. Vicente Jiménez, Arzobispo de Zaragoza (España) celebró la Misa del 12 de octubre con motivo de la festividad de la Virgen del Pilar, Patrona de España en la Basílica del Pilar.
Durante la homilía de la Misa solemne el Prelado recordó que esta advocación de la Virgen "es fuerza para la renovación de nuestra fe".
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Antes de la gran misa estacional del día de la Virgen del Pilar, el @Arzobispo_ZGZ ha subido a dejar el beso de todo el pueblo de #Zaragoza en el manto de nuestra patrona. pic.twitter.com/EBjAo4y8Xn
- Diócesis de Zaragoza (@ArchiZaragoza) 12 de octubre de 2019
"La Virgen del Pilar no está dormida ni callada, nos habla en lenguaje claro y clave moderna constituyendo un elemento importante de cohesión y de identidad en España y en el mundo católico", aseguró.
También recordó que "el Pilar de Zaragoza ha sido siempre considerado como símbolo de la firmeza de fe de los españoles. No olvidemos que la fe sin obras está muerta".
Mons. Jiménez mostró su deseo de que "la fe de los españoles, a imagen de la fe de María, sea fecunda y operante" porque "la fe es fuerza que evangeliza. Necesitamos una fe apoyada en Dios y en el 'conocimiento interno' del Señor, nuestro 'principio y fundamento'".
Asimismo pidió que esa fe tenga una "dimensión social y servicial, que no permite pasar frívolamente ante el dolor y el sufrimiento" porque según explicó "la fe es empatía que lleva a "acoger, acompañar, e integrar", a comprometerse con las causas justas de la humanidad, a cuidar a las personas y a luchar frente a lo que atenta contra la dignidad humana, para caminar humildemente hacia la verdad y la justicia en el amor".
También animó a que la fe convierta en "una Iglesia diocesana con corazón: una buena noticia para los pobres" porque "si el Evangelio que anunciamos no se traduce en buena noticia para los pobres, pierde autenticidad y credibilidad; el servicio privilegiado a los pobres está en el corazón del Evangelio".
Por eso Mons. Jiménez subrayó la importancia de que "una espiritualidad que anime el trabajo en el campo social y de la caridad: una espiritualidad de la ternura y de la gracia; una espiritualidad transformadora, pascual y eucarística".
Durante esta fiesta de la Virgen se realiza una gran ofrenda floral, por lo que el Arzobispo de Zaragoza aseguró que la mejor ofrenda de flores a la Virgen "es la ofrenda de los frutos de esas flores: el amor, la alegría, la paz, la justicia y la solidaridad, especialmente con los pobres".
También pidió especialmente por las comunidades cristianas "para que tengan corazón y sean acogedoras de las familias de inmigrantes y refugiados, ofreciendo 'posadas' y viviendas; por los ancianos que viven en soledad y, en ocasiones, mueren solos en sus casas".
Mons. Jiménez también encomendó a la Virgen "la fidelidad constante de los sacerdotes, que sin hacer ruido están empeñados en el día a día de sus comunidades", así como vocación de los seminaristas, "la gozosa entrega de las monjas en los claustros; el servicio apostólico de las personas de la vida consagrada; las necesidades de nuestras familias".
"Que tu santo Pilar siga siendo raíz y fortaleza de la fe católica en España", pidió.