El Tribunal de Apelación en Inglaterra determinó que una mujer discapacitada que está embarazada, reciba un dispositivo anticonceptivo inmediatamente después de su cesárea, informó la revista Premier Christianity.
La mujer de 24 años, que fue identificada en el Tribunal como AB, y su madre, "CD", son católicas devotas y miembros del pueblo Igbo. La mujer tiene una "moderada discapacidad de aprendizaje" y "exhibe un comportamiento y funciones desafiantes como de un niño de entre 6 a 9 años". También, se dice que AB tiene un trastorno del estado de ánimo, por lo que es medicada.
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El fideicomiso del Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) pidió al hospital donde la mujer se atiende que se le instale un dispositivo anticonceptivo mientras esté bajo anestesia inmediatamente después del parto de su hijo.
Fiona Paterson, la abogada representante del fideicomiso del NHS, dijo a la corte que la mujer no volvería a estar interesada en concebir un hijo, además de ser vulnerable y no estar supervisada constantemente.
Pero la madre de la mujer, la trabajadora social que la asiste y su abogada, mencionaron que había un plan para proteger a la mujer y que tal interferencia en su autonomía no estaba justificada.
Susanna Rickard, la abogada de la mujer, dijo que las posibilidades de que AB estuviera expuesta a "más actividad sexual" eran "casi nulas". Mencionó que hay un plan para evitar que este en casa sola sin supervisión, o salga sin compañía.
Se cree que AB quedó embarazada mientras visitaba a su familia en Nigeria en Navidad. Se desconoce quién es el padre del niño, y todas las partes reconocen que ella no tiene la capacidad de consentir al sexo.
La mujer había sido ordenada el 21 de junio a someterse a un aborto forzado a las 22 semanas de embarazo por la juez Nathalie Lieven del Tribunal de Apelación; pero se revocó la decisión el 24 de junio, al descubrir que la juez no tenía en cuenta la evaluación y los deseos de la madre y la trabajadora social de AB, y que iba en contra de sus derechos humanos.
Lieven "cometió un error al no hacer ninguna referencia en su análisis final a las opiniones [de la madre] sobre los mejores intereses para AB", menciona el Tribunal, "ella conocía a AB mejor que nadie y tenía de corazón los mejores intereses para ella".
La juez King concluyó que Lieven "fue más allá de lo que la evidencia podría apoyar" al concluir que las circunstancias de la mujer provocan que un aborto inducido sea la mejor opción para ella. Si bien la conclusión de Lieven sobre el equilibrio y el peso de la evidencia fue rechazada por el Tribunal de Apelaciones, King subrayó el derecho del tribunal de imponer un aborto si las circunstancias lo ameritan.
"Llevar a cabo una interrupción sin el consentimiento de una mujer es la invasión más profunda de sus derechos [humanos] según el Artículo 8, aunque la interferencia será legítima y proporcionada si el procedimiento es lo mejor para ella", concluyó King.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA