El Obispo Prelado de Itaituba (Brasil), Mons. Wilmar Santin, comparó el aborto que se comete "en la civilización" con los infanticidios que, tal como denunció un jefe nativo, se realizan en algunos pueblos indígenas de la Amazonía.
En la rueda de prensa realizada este jueves 10 de octubre en la Sala Stampa del Vaticano, el Prelado brasileño explicó que el pueblo indígena de los Mundurucus, al que sirve, se distinguía por ser "muy guerreros y muy belicosos. Cuando mataban a su adversario o enemigo, les cortaban la cabeza y la levantaban como un trofeo. Y tenían la costumbre de ciertas cosas a la hora del nacimiento. Si nacía el niño defectuoso, la partera le giraba el cuello y el niño moría".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Si nacían gemelos, ellos decían que uno era del mal y uno del bien. Entonces mataban al segundo y en algunos casos mataban a los dos; y si nacía de una madre soltera, a la hora que nacía el niño, este moría porque decían 'niño sin padre no vale nada'", continuó el Prelado.
"La gente escuchando eso se espanta. '¿Pero cómo es que pueden hacer eso que es una atrocidad?'. ¿Y los abortos que hacen aquí en la civilización? ¿Cuántos son?", cuestionó el Prelado.
"Podemos decir con alegría que el trabajo principalmente de las hermanas, que trabajaron como enfermeras y profesoras, lentamente hicieron que ese hábito o práctica desapareciese. Yo ya vi niños gemelos que no han matado. Yo he visto que al menos en mi comunidad ya no existe esa práctica, pero en los otros pueblos no sé".
"No entiendo que haya gente que se espanta con eso cuando hay ciertos hospitales que son verdaderos mataderos", concluyó el Obispo.
Sobre el tema, el Vicario Apostólico de Mitú (Colombia), Mons. Medardo de Jesús Henao del Río, explicó que en el departamento amazónico del Vaupés "tenemos la evangelización desde 1914. Antes existía esta costumbre de los niños con defecto o los mellizos. En ese caso a uno de los dos se le dejaba que los animales o las hormigas se los comieran".
En el acompañamiento de la Iglesia con la atención con los niños, continuó el Obispo colombiano, "los sacerdotes empezaron, de manera muy titánica, a visitar comunidad por comunidad y fueron educando en este sentido de mostrarles que, desde la ciencia, no era un fenómeno y no había un duende o espíritu encarnado en la mujer".
Ambos obispos participaron en la rueda de prensa en la Sala Stampa dos días después de que lo hiciera el Arzobispo de Huancayo (Perú) y vicepresidente de la REPAM, Cardenal Pedro Barreto, quien negó que el infanticidio se realice entre los pueblos amazónicos al ser preguntado sobre el tema.
"Afirmar lo que usted ha dicho a mí me sorprende. Yo nunca he escuchado que en este momento estén 20 pueblos amazónicos practicando el infanticidio. Esto no se puede afirmar tan fácilmente porque esto indica una situación salvaje. Yo no conozco eso. Y lo digo con toda fuerza y con toda claridad. A veces se lanzan cosas que normalmente no se deberían decir a no ser que usted me pruebe y me diga tales y tales pueblos", dijo el Purpurado en la rueda de prensa realizada el 8 de octubre en la Sala Stampa del Vaticano.
El Cardenal, que lidera una arquidiócesis en los andes peruanos a más de 3 mil metros sobre el nivel del mar, dijo además que "si hay algo que Jesús nos enseña es defender la vida. Toda vida humana es sagrada".
Lo afirmado por el Cardenal contrasta con lo dicho por el jefe de la tribu Macuxi en Brasil, Jonas Marcolino, que el 5 de octubre dijo que en la Amazonía "el canibalismo ha terminado, pero no el asesinato de niños. He pensado mucho en esto. Según la religión tradicional, cuando un niño nace con un defecto, es enterrado vivo, y eso continúa".
"Esas cosas estaban terminando; pero ahora, con la idea de que tienes que volver al primitivismo, permanecen", comentó el líder amazónico en una conferencia titulada "Amazon: The Stakes", organizada en Roma por el Instituto Plinio Correa de Oliveira, que hace parte del Movimiento Tradición, Familia y Propiedad de Brasil.
En la ponencia, Marcolino también denunció que una "dictadura" de trabajadores misioneros que enseñan teología de la liberación ha tratado de prevenir el desarrollo en la región, manteniendo así a los pueblos indígenas en la pobreza y la miseria.