El prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Robert Sarah, advirtió que es abominable y un insulto a Dios usar el Sínodo de la Amazonía para introducir planes ideológicos como la ordenación sacerdotal de hombres casados.
El Purpurado hizo esta advertencia en una entrevista publicada por el diario italiano Corriere della Sera.
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Preguntado sobre su opinión sobre el Sínodo de la Amazonía, el Cardenal Sarah aseguró haber oído que se quería hacer de este evento "un laboratorio para la Iglesia universal" mientras que otros habían afirmado "que después de este sínodo nada será igual que antes". "Si esto es verdad esto es deshonesto y engañoso. Este sínodo tiene un objetivo específico y local: la evangelización de la Amazonía", afirmó.
"Temo que algunos occidentales estén utilizando esta asamblea para hacer avanzar sus planes. Pienso en particular en la ordenación de hombres casados, la creación de ministerios femeninos y la jurisdicción de los laicos. Estos puntos tocan la estructura de la Iglesia Universal. Aprovechar para introducir planes ideológicos sería una manipulación indigna, un engaño deshonesto y un insulto a Dios que guía a su Iglesia y le confía su plan de salvación. Además, me sorprendió y me indignó que la angustia espiritual de los pobres en el Amazonas se usara como una excusa para apoyar proyectos típicos del cristianismo burgués y mundano. Es abominable", subrayó en la entrevista.
También explicó que la propuesta de ordenar viri probati, es decir de hombres ancianos casados de probada virtud, en zonas remotísimas para celebrar Misa, confesar y dar la unción de enfermos, sin función de guía, es una " propuesta es teológicamente absurda e implica una concesión funcionalista del sacerdocio, en el sentido de que se pretende separar los tres señoríos", santificante, docente y gobernante, "en total contradicción con las enseñanzas del Concilio Vaticano II y de toda la Tradición de la Iglesia latina que establece su unidad sustancial".
También advirtió que "la ordenación presbiterial de hombres casados significaría en la práctica poner en discusión la obligatoriedad del celibato en cuanto tal".
"En este sentido, viene bien recordar la frase de San Pablo VI que el Papa Francisco hizo suya en el discurso a un grupo de periodistas el 27 de enero de 2019: 'Prefiero dar la vida antes que cambiar la ley del celibato'", afirmó.
Por eso el prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos subrayó que "no hay ningún miedo. El sínodo estudiará, después el Santo Padre hará las conclusiones".
La cuestión es otra, señaló, "comprender el sentido de la vocación sacerdotal. Preguntarse por qué no hay más personas dispuestas a darse por entero a Dios, en el sacerdocio y en la virginidad".
"Sin embargo se prefiere razonar sobre tácticas, con la presunción de que estas puedan ayudar a resolver los problemas más grandes y generalmente de justicia. Cuántas veces he oído decir que si los sacerdotes se pudieran casar no existiría la pedofilia. Como si no supiéramos que el problema, de hecho el delito, está relacionado sobre todo con las familias, porque es allí donde principalmente tiene lugar", indicó.
Estos planteamientos son, en su opinión, "la presunción de los hombres. Y francamente no me parece que las Iglesias donde hoy el celibato sacerdotal no existe, sean mucho más prósperas que la Iglesia Católica, si este es el objetivo".