El Arzobispo de Colonia (Alemania), Cardenal Reiner Maria Woelki, advirtió a los obispos alemanes reunidos en sesión plenaria esta mañana que deben "tomar al Papa muy en serio" y, bajo su liderazgo y el de la Iglesia universal, revisar sus polémicos planes sinodales.
"¡Tomemos al Papa muy en serio!", dijo el Cardenal Woelki, mientras pedía que se hicieran cambios clave en los planes sinodales para alinearlos con las recomendaciones de Francisco.
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El Purpurado recordó que el Papa Francisco les había ofrecido un "consejo paternal" esencial en su carta de junio a la Iglesia en Alemania.
Los obispos alemanes se reúnen en la ciudad de Fulda del 23 al 25 de septiembre. El miércoles 25 de septiembre se espera que voten para elegir el borrador con los estatutos del "proceso sinodal vinculante" anunciado por el presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, Cardenal Reinhard Marx, a principios de 2019.
A mediados de septiembre el Cardenal respondió al Vaticano a través de una carta afirmando que el polémico proceso sinodal alemán proseguirá como ya se ha planeado, pese a las críticas de la Santa Sede y el Papa Francisco, y debatirá temas que tienen que ver con la enseñanza universal de la Iglesia y su disciplina.
La misiva se refiere al "proceso sinodal", en el que los obispos planean crear una asamblea sinodal en la que serían una minoría con 69 miembros entre 200, para debatir temas como la separación de poderes en la Iglesia, la vida sacerdotal, el acceso de las mujeres a diversas funciones en la Iglesia; y la moral sexual.
Durante la sesión de la asamblea plenaria de este martes 24, el Cardenal Woelki se refirió a varios temas clave de la carta del Papa que, según él, los obispos deben honrar, especialmente su llamado a centrarse en la evangelización y la comunión con la Iglesia en general.
La Iglesia en Alemania debe comenzar por "reevangelizarse a sí misma", es un "requisito previo indispensable" para su misión más amplia, dijo el Purpurado, y agregó que la carta de Francisco dejó en claro que los obispos deben permanecer arraigados en la unidad esencial de la fe, en Cristo y con toda la Iglesia universal.
"Esta es la señal indispensable para nuestro camino sinodal, que tiene que correr como un hilo a través de él, para que el camino sinodal pueda dar frutos verdaderos. La carta del Papa no deja dudas al respecto", dijo el Cardenal Woelki.
La carta del Papa se convirtió en un punto importante para el debate a medida que los obispos alemanes continúan sus deliberaciones sobre la creación de una Asamblea Sinodal en asociación con el Comité Central de los católicos alemanes.
El 23 de septiembre, el Nuncio Apostólico en Alemania, Mons. Nikola Eterovic, escribió a los obispos alemanes para recordarles que con la carta de junio es la primera vez que un Papa escribe a todos los fieles alemanes desde el surgimiento del nazismo, y que es esencial que escuchen al Santo Padre.
El Cardenal Woelki aseguró que la advertencia del Papa contra un sínodo inspirado en un "nuevo pelagianismo", centrado en la reforma estructural y en poner a la Iglesia en conformidad con el espíritu de la época, es una exhortación importante.
"No es casualidad que el Santo Padre advierta contra una tendencia que me parece típica de Alemania", dijo el Cardenal Woelki, citando al Papa mientras describía "esa antigua y siempre nueva tentación de los promotores del gnosticismo que, queriendo hacerse un nombre propio y expandir su doctrina y fama, buscaban decir algo siempre nuevo y distinto de lo que la Palabra de Dios les regalaba".
El Purpurado dijo que si bien es importante permitir la amplia participación de los creyentes en la vida de la Iglesia, eso no puede confundirse con la autoridad legítima de enseñanza y gobierno de los obispos, "el garante de la apostolicidad y la catolicidad".
Haciendo referencia a la reciente evaluación del Vaticano del borrador con los estatutos para la Asamblea Sinodal, el Cardenal recordó a los obispos que existe una diferencia crucial entre un enfoque "parlamentario" para el gobierno de la Iglesia y el papel adecuado de discusión y consulta antes del ejercicio de la autoridad legítima para la toma de decisiones.
"El camino sinodal no debe ser recorrido sin la Iglesia universal. La carta (del Papa) insta a esta perspectiva cuando dice: 'Se trata de vivir y de sentir con la Iglesia y en la Iglesia (...). La Iglesia universal vive en y de las Iglesias particulares, así como las Iglesias particulares viven y florecen en y de la Iglesia universal, y si se encuentran separadas del entero cuerpo eclesial, se debilitan, marchitan y mueren'".
Los planes sinodales alemanes incluyen la formación de varios grupos de trabajo formados en asociación con el Comité Central de Católicos Alemanes. Estos ya han comenzado a trabajar y se espera que presenten propuestas en desacuerdo con la enseñanza universal de la Iglesia, algo que el Cardenal Woelki dijo que iría en contra de las claras instrucciones del Papa.
"El Papa Francisco nos recuerda que la fe de las Iglesias particulares siempre se encuentra en la fe de toda la Iglesia y debe encontrarse allí. A la larga, no puede y no debe haber diferentes maneras de tratar temas fundamentales de fe y moralidad que no solo pondrían en peligro, sino que posiblemente violarían, el alto bien de la unidad que profesamos en el Credo como un atributo de la Iglesia", aseveró.
"Las estipulaciones de la fe, que pertenecen a la existencia inmutable de la doctrina de la Iglesia, no pueden y, por tanto, no deben someterse a debate en el camino sinodal. No debe transmitirse la impresión de que habría un voto cuasi parlamentario sobre la fe", insistió el Arzobispo de Colonia.
Las críticas del Vaticano a los planes alemanes, presentadas en una carta del 4 de septiembre al Cardenal Reinhard Marx por el Cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, plantearon una serie de preocupaciones. El principal de estos es el plan de invertir la Asamblea Sinodal con "poder deliberativo" para aprobar resoluciones sobre cuestiones que afectan la enseñanza y el gobierno de la Iglesia.
El Cardenal Woelki también dijo que escuchar las instrucciones del Papa no significa detener el proceso sinodal.
"La carta del Papa enfatiza que esto no significa 'no caminar, avanzar, cambiar e inclusive no debatir y discrepar'. Pero esto debe hacerse con la conciencia, como dice el Papa, 'que somos esencialmente parte de un cuerpo más grande que nos reclama, espera y necesita y que también nosotros reclamamos, esperamos y necesitamos'".
El Cardenal concluyó instando a los otros obispos alemanes a realizar los cambios necesarios en las estructuras y temas sinodales para su consideración, señalando la versión alternativa que presentó en agosto, la cual hizo explícito que el cuerpo sinodal tenía un papel estrictamente consultivo y sugirió temas alternativos centrados en la evangelización.
"Junto con el Santo Padre, nuevamente advierto contra tomar un camino sustancial y formal que nos sacaría del cuerpo universal de Cristo. Nuestra participación en la fe de la Iglesia universal, cuya integridad servimos no menos en el ministerio episcopal, excluye cualquier negociación o votación sobre asuntos de fe. Esto también se aplica a la disciplina eclesiástica, en la medida en que está incrustada en el contexto general de la Iglesia", dijo.
"Tomemos al Papa realmente en serio. No necesitamos un activismo agitado, sino la serenidad de todos los que están totalmente comprometidos con Cristo. Es crucial que la Iglesia en Alemania muestre con palabras y hechos lo hermoso que es vivir en la presencia del Señor, saber que Él nos acompaña y nos rodea: porque la alegría del Señor es nuestra fortaleza", concluyó el Cardenal Woelki.
La grave crisis de la Iglesia en Alemania
En los primeros días de septiembre, el Cardenal Marx dijo que "se puede llegar a la conclusión de que tiene sentido, bajo ciertas condiciones y en ciertas regiones, permitir sacerdotes casados".
El Cardenal ha hecho también otras declaraciones contrarias a la doctrina de la Iglesia en las que alentó el acceso a la comunión de los divorciados en nueva unión, promovió que los sacerdotes católicos bendigan parejas homosexuales y sugirió que los laicos prediquen en Misa.
Asimismo, y en el marco del Sínodo de los Obispos para la Amazonía que se celebrará en octubre, algunos obispos alemanes asistieron a fines de junio a una reunión privada en Roma, entre los que estaban el Cardenal Walter Kasper, que promueve públicamente el acceso a la Eucaristía de los divorciados en nueva unión.
En una entrevista en 2018, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Franz-Josef Bode, dijo que si se autoriza la ordenación de sacerdotes casados en la Amazonía, entonces los obispos alemanes insistirían para tener ese mismo permiso. En enero de ese año también dijo estar a favor de bendecir a parejas homosexuales.
Asimismo, Mons. Franz-Josef Overbeck, Obispo de Essen y presidente de Adveniat, institución de ayuda de la Iglesia en Alemania para América Latina, dijo que el Sínodo de la Amazonía "es un punto de no retorno" para la Iglesia y que "nada será lo mismo" después de este encuentro.
El Prelado también apoyó públicamente la "huelga de mujeres" contra la Iglesia en Alemania, convocada por un grupo de católicas tras el no del Papa Francisco a la ordenación de diaconisas.
A mediados de julio de este año la Conferencia Episcopal de Alemania dio a conocer algunas estadísticas de 2018, entre las que destaca que en el periodo fueron más de 216 mil fieles los que decidieron abandonar la Iglesia Católica.
Asimismo, de los 23 millones de bautizados en el país, de una población total de 83 millones, el porcentaje de los que asisten a la Misa dominical está en un 9.3%, es decir alrededor de 2,1 millones.
En el caso de los sacerdotes que sirven en las diócesis del país, actualmente el número ha descendido a 1.161 en 2018, cuando eran más de 17 mil en el año 2000.
Las estadísticas también señalan que en el año 2000 las parroquias en Alemania eran 13.241. En 2018 descendieron a 10.045.
Las estadísticas de 2018 no proporcionan ninguna información sobre el sacramento de la Reconciliación o Confesión, una práctica que parece haber sido abandonada casi por completo por los católicos del país, incluidos los sacerdotes.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.