El Papa Francisco pidió nuevamente que los obispos sean cercanos a "Dios con la oración, a sus sacerdotes y al pueblo de Dios" porque, de lo contrario, expresó: "es triste cuando un obispo se olvida de sus sacerdotes".
Así lo indicó el Santo Padre durante su homilía pronunciada durante la Misa en la capilla de la Casa Santa Marta en la mañana de este viernes 20 de septiembre.
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"Es triste cuando un obispo se olvida de sus sacerdotes. Es triste sentir quejas de los sacerdotes que dicen: 'llamé al obispo, necesito una cita para decirle algo y la secretaria me dijo que todo está lleno los próximos tres meses…'. Un obispo que siente esta cercanía a los sacerdotes, si ve que un sacerdote lo ha llamado hoy, al máximo mañana debería volver a llamarle, porque él tiene derecho de conocer, de saber que tiene un padre", dijo el Papa.
En esta línea, el Pontífice exhortó nuevamente a los obispos a tener "cercanía a los sacerdotes" y añadió también la importancia de que "los sacerdotes, vivan la cercanía entre ellos, no divisiones" porque "el demonio entra allí para dividir al presbiterio, para dividir".
De este modo, Francisco advirtió sobre el riesgo de que así, de hecho, comienzan los grupitos que "dividen por ideologías", por "simpatías".
Por este motivo, el Santo Padre pidió rezar por los sacerdotes y los obispos para que sean cercanos a Dios con la oración, cercanos a los sacerdotes, que los presbíteros sean cercanos entre ellos y por último, para que obispos y sacerdotes sean cercanos al pueblo de Dios.
Consejos de San Pablo
En este sentido, el Papa reflexionó en la lectura de la liturgia del día para destacar las sugerencias que San Pablo dio a Timoteo.
Ayer al centro de estos consejos estaba la exhortación de no descuidar el "misterio como un don", hoy en cambio, el corazón de la reflexión es el dinero, pero también las habladurías "el chismorreo, las discusiones estúpidas" afirmó el Papa quien explicó que son cuestiones que "debilitan la vida ministerial".
"Cuando un ministro -sea sacerdote, diácono, obispo- comienza a apegarse al dinero" San Pablo recuerda en la Primera Carta a Timoteo que "la codicia del dinero es la raíz de todo mal" por lo que el Papa alertó con un dicho popular que "el diablo entra en los bolsillos".
Cuatro cercanías
Por ello, el Santo Padre explicó que el camino a seguir consiste en "cuatro cercanías". En primer lugar, el obispo "es un hombre de cercanía a Dios" y recordó que los apóstoles para servir mejor a las viudas y a los huérfanos "inventaron" los diáconos, y a "nosotros" en palabras de San Pedro, el Papa dijo que se espera "la oración y el anuncio de la Palabra".
"La primera tarea de un obispo es rezar" señaló el Papa porque la oración "da la fuerza" y despierta también "la conciencia de ese don, que no debemos descuidar, que es el ministerio".
La segunda cercanía es la que el obispo está llamado a tener con sus sacerdotes y diáconos, con sus colaboradores, que son los más cercanos: "Tú debes amar antes al más cercano, que son tus sacerdotes y tus diáconos", pidió el Papa.
La tercera cercanía es la que los sacerdotes tienen que vivir entre ellos y la cuarta es la que los presbíteros deben tener al pueblo de Dios. "En la segunda Carta, Pablo comienza diciendo a Timoteo que no se olvide de su mamá y su abuela, es decir, no olvidarse de donde salió, de donde el Señor lo llamó. No te olvides de tu pueblo, ¡No te olvides de tus raíces!", pidió el Santo Padre.
"Y ahora, como obispo o como sacerdote, es necesario ser siempre cercano al pueblo de Dios. Cuando un obispo se separa del pueblo de Dios termina en una atmósfera de ideologías que no tienen nada que hacer con el ministerio: no es un ministro, no es un servidor. Ha olvidado el don -gratuito- que le ha sido dado", advirtió el Papa quien pidió no olvidar estas "cuatro cercanías".
Finalmente, el Pontífice solicitó rezar por quienes "conducen sobre el camino e la salvación" y preguntó: "¿Ustedes rezan por sus sacerdotes, por el párroco, por el vice párroco o solamente lo critican?" y añadió que "es necesario rezar por los sacerdotes y por los obispos, porque todos nosotros -el Papa es un obispo- sepamos custodiar el don. No descuiden este don que les ha sido dado", concluyó.
Lectura comentada por el Papa Francisco:
I Timoteo 6:2-12
2 Los que tengan dueños creyentes no les falten al respeto por ser hermanos, sino al contrario, que les sirvan todavía mejor por ser creyentes y amigos de Dios los que reciben sus servicios. Esto debes enseñar y recomendar. 3 Si alguno enseña otra cosa y no se atiene a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, 4 está cegado por el orgullo y no sabe nada; sino que padece la enfermedad de las disputas y contiendas de palabras, de donde proceden las envidias, discordias, maledicencias, sospechas malignas, 5 discusiones sin fin propias de gentes que tienen la inteligencia corrompida, que están privados de la verdad y que piensan que la piedad es un negocio. 6 Y ciertamente es un gran negocio la piedad, con tal de que se contente con lo que tiene. 7 Porque nosotros no hemos traído nada al mundo y nada podemos llevarnos de él. 8 Mientras tengamos comida y vestido, estemos contentos con eso. 9 Los que quieren enriquecerse caen en la tentación, en el lazo y en muchas codicias insentatas y perniciosas que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición.10 Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de él, se extraviaron en la fe y se atormentaron con muchos dolores. 11 Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de estas cosas; corre al alcance de la justicia, de la piedad, de la fe, de la caridad, de la paciencia en el sufrimiento, de la dulzura. 12 Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que hiciste aquella solemne profesión delante de muchos testigos.