Durante su visita apostólica a Tailandia, entre el 20 y 23 de noviembre, el Papa Francisco tendrá un esperado reencuentro familiar cuando se reúna con su prima segunda, Sor Ana Rosa Sivori, una religiosa misionera que vive en el país desde hace más de 50 años.
En una reciente entrevista con EWTN News Nightly, la religiosa de 77 años del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, expresó su emoción por volver a ver al Santo Padre. La última vez que los primos se vieron fue hace dos años en el Vaticano.
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"Voy a estar feliz de verlo y él también estará feliz de verme. Tendremos la oportunidad de vernos y conversar un poco", dijo Sor Ana, quien trabaja actualmente en la escuela de niñas de St. Mary en Udon Thani, a unos 570 kilómetros al noreste de Bangkok, la capital tailandesa.
Sor Ana es originaria de Buenos Aires, Argentina. Llegó a Tailandia en 1966 y ha trabajado como misionera en varias partes del país. Comparte un bisabuelo con Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco, y vendrían a ser primos segundos.
"Muchas personas que no son católicas me preguntan todo el tiempo: ¿Él está viniendo? ¿Cuándo está viniendo? Eso significa que ellos están interesados, que quieren verlo, que quieren estar con él", comentó durante la entrevista.
En otro momento, Sor Ana dijo que el Papa Francisco habló con la superiora de su congregación para que no la traslade a ningún otro país, debido a que, considera, su misión yace a Tailandia.
"Él habló con nuestra madre superiora diciendo que mi trabajo está en Tailandia, que mi trabajo debe hacerse en Tailandia y que no debía trasladarme a ningún otro lugar", agregó.
En una entrevista realizada a Sor Ana en 2013, al inicio del pontificado de Francisco, dijo que no era fácil describir a Jorge Mario Bergoglio.
"No es fácil describirlo, pero en resumen cuando pienso en él pienso en la austeridad, la simplicidad, la humildad. Es una persona muy humilde y muy reacio a mostrarse y hacerse ver. Siempre ha vivido como una persona pobre. Incluso como Cardenal, siempre viajaba en transporte público. Tenía una casa muy pobre y sencilla", contó.
También reconoció que el pensamiento del Papa "siempre fue para los ancianos, los niños, para aquellos que tenían menos voz en la sociedad, y él siempre hizo mucho por ellos".