Con ocasión de la 105° Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, que se celebra el 29 de septiembre, obispos de México, Guatemala, Honduras y El Salvador se reunieron en el VI Encuentro Frontera Sur y destacaron que los migrantes "llevan un espíritu de vida y de fe".
Esta reunión, dijeron, buscó "consolidar los procesos de acompañamiento de migrantes y refugiados", por parte de la Iglesia.
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Al concluir el encuentro realizado el 11 de septiembre en Tapachula, en el extremo sur de México, los obispos reiteraron su "preocupación por las causas que ocasionan (en las personas) la necesidad de migrar desde sus países de origen y las condiciones en las cuales tienen que emprender el peligroso e incierto camino para buscar una nueva oportunidad de vida y trabajo".
Terminando el II Encuentro con los países de la Frontera sur con Mexico: Guatemala, Honduras y El Salvador, para articular mejor nuestro trabajo de Iglesia en favor de nuestros hermanos migrantes. pic.twitter.com/aRSBI0bWm1
- Alfonso Miranda (@monsalfonso) September 11, 2019
"Como pastores de nuestro pueblo, los obispos estamos cercanos a los hermanos que sufren, y constatamos el sufrimiento de los migrantes, los riesgos y peligros a los que se enfrentan al dejar la seguridad del hogar, la desunificación familiar, sobre todo cuando los niños son separados de sus padres, entre otras razones, a causa de las deportaciones masivas que se dan desde EU a México, y de México a países de Centroamérica".
Los prelados expresaron además su preocupación por la "marginación y riesgo" causada por la detención de los migrantes que cruzan México.
Exhortaron luego a los gobiernos de Estados Unidos y México "a que venzan los miedos que pueda generar la migración, porque se trata de nuestros hermanos, y a que trabajen también de manera conjunta y organizada para generar políticas migratorias justas que promuevan el verdadero sentido de una migración organizada".
El encuentro, señalaron, buscó también "hacer presente el principio evangélico de la caridad y visibilizar el trabajo que miles de voluntarios y responsables de albergues, así como agentes de pastoral de movilidad humana, realizan en la atención directa a los migrantes, por medio del acompañamiento y orientación, proporcionando alimento, cobijo, seguridad y bienestar".
"Manifestamos así la necesidad de hacer presente también un humanismo que nos lleve a ser cada vez más coherentes con lo que creemos y predicamos, queriendo motivar a todos a velar por los derechos humanos del migrante, entre los cuales está el derecho a no tener que migrar, y salvaguardar la integridad y la vida", dijeron.
Los obispos alentaron a los fieles a "mantener la esperanza en la vida nueva. Es tarea de los fieles que celebran esta fe, agradecer a Dios por llegar a la primera meta, el sueño americano, y además mantener la esperanza de llegar a la meta final, al encuentro con el Padre celestial".
"Esto es lo que nos alienta a seguir adelante, puesto que somos peregrinos y a la vez migrantes, no obstante el sufrimiento causado por la injusticia y la pérdida de valores. La confianza y la esperanza suscitan el ánimo y nos da aliento para buscar una vida digna y tranquila para ser constructores de Paz".
Los prelados de México y Centroamérica pidieron no olvidar "que cada migrante es portador de los valores humanos de su país, por la riqueza de sus tradiciones y costumbres, ellos llevan un espíritu de vida y de fe, con la posibilidad de enriquecer la cultura del lugar que los reciba".
"Nos encomendamos a la Sagrada Familia de Nazareth, para que interceda por nosotros y por tantas familias que han tenido que separarse a consecuencia de la migración", finalizaron.