En el aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, los líderes católicos de Estados Unidos rezaron por aquellos que perdieron la vida, y elogiaron la determinación y unidad del país en un ambiente de reflexión.
"Este es mi undécimo 11 de septiembre como Arzobispo de Nueva York", dijo el Cardenal Timothy Dolan en un video publicado este miércoles por la mañana.
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Aquel día, "apenas llegué, bajé a la calle Barkly, a la parroquia de San Pedro, que era uno de los sitios donde se atendía a la gente y donde se llevaban los cuerpos y los heridos. El párroco de allí me dijo: 'Vamos a levantarnos. Vamos a ver que el amor vence al odio, y que el bien vence al mal'. Y vaya, ese espíritu de resistencia, ese espíritu de reconstrucción, restauración y renovación, creo que ahora caracteriza nuestro 11 de septiembre", acotó.
La Arquidiócesis de Nueva York emitió un comunicado a través de Twitter, ofreciendo oraciones por las almas y las familias de los fallecidos hace dieciocho años.
"Hoy unimos nuestros corazones en oración por todas esas vidas perdidas y alteradas para siempre por los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001", comunicó.
La Diócesis de Brooklyn ofreció un sentimiento similar. "Nos unimos en oración para nunca olvidar, para recordar las vidas que perdimos ese día y las vidas que cambiaron para siempre. Para todos los que fueron tocados por este día, ustedes están en nuestras oraciones y corazones para siempre", expresó.
En el Vaticano, el Papa Francisco se reunió con un comité interreligioso, donde ofrecieron oraciones por las víctimas del ataque.
El Obispo de Arlington (en Virginia, donde se encuentra el Pentágono), Mons. Michael Burbidge, ofreció oraciones por las víctimas y por el país.
"En el aniversario de este trágico día en la historia de nuestra nación, oramos por todos los que murieron y por la continua fortaleza y el consuelo de sus seres queridos. Oren para que Dios nos proteja a nosotros y a nuestro país y llene a todo el mundo con la paz que solo Él puede brindar", dijo Mons. Burbidge.
Un total de 2.977 personas murieron en los ataques en Nueva York, Arlington (Virginia) y en un ataque frustrado que terminó con un accidente aéreo en Shanksville (Pensilvania). La primera víctima oficial del ataque fue el P. Mychal Judge, un fraile franciscano que fue capellán del Departamento de Bomberos de Nueva York. El fraile fue alcanzado por los escombros mientras servía a los bomberos en el World Trade Center.
Los dos aviones que golpearon las Torres Gemelas salieron del Aeropuerto Internacional Logan de Boston. En el momento del ataque, el ahora Obispo de Portland, Mons. Robert Deeley, era párroco de una iglesia cercana y compartió sus recuerdos del día.
"Abrí la iglesia y comencé el Rosario. En poco tiempo, la iglesia estaba llena, y así continuó durante todo el día mientras entendíamos poco a poco lo que había sucedido", dijo Mons. Deeley.
Los ataques, agregó el Obispo, "nos dejaron a todos sin esperanza", pero luego también sirvieron como "un momento de esperanza".
"Lo que sucedió el 11 de septiembre nos recordó que estamos bien atendidos por quienes nos protegen y nos sirven. Necesitamos hacer una pausa para darles las gracias. No necesitamos esperar hasta que ocurra un desastre para agradecer la dedicación de todos aquellos cuyo trabajo es proteger a la población", dijo.
Finalmente, Mons. Deeley pidió mantener la "compasión con todos los afectados por la violencia del 11 de septiembre, promoviendo la justicia para todos los pueblos y siendo arquitectos y embajadores de la paz mundial".