Un nuevo informe alega que las fuerzas leales al régimen del presidente sirio Bashar Al-Assad son responsables de la mayoría de los ataques dirigidos contra iglesias desde que comenzó la guerra civil del país en 2011.
El informe titulado "Targeting Christian Places of Worship in Syria is a Threat to World Heritage" (Elegir como blanco los lugares de culto cristianos en Siria significa una amenaza para el patrimonio mundial), fue publicado el 9 de septiembre por la Red Siria de Derechos Humanos (SNHR, por sus siglas en inglés).
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La investigación señala que hay evidencia del ataque del régimen de Al-Assad a iglesias, mezquitas y sitios religiosos en Siria entre marzo de 2011 y septiembre de 2019.
El documento es el resultado de más de ocho años de trabajo en ciudades y pueblos sirios, y la obtención de informes de personas en el terreno y de activistas. Las fuentes incluyeron relatos de primera mano sobre los ataques, como el personal médico que atendió a víctimas y de activistas locales con evidencia documentada.
"Si bien el régimen afirma que no ha cometido ninguna violación y que está interesado en proteger al Estado sirio y los derechos de las minorías, ha llevado a cabo operaciones cualitativas para reprimir y aterrorizar a todos los que buscaban cambios y reformas políticas, independientemente de religión o raza, causando la destrucción de la herencia de Siria y el desplazamiento de sus minorías", dijo el lunes 9 de septiembre el presidente de SNHR, Fadel Abdul Ghany, durante una conferencia de prensa.
El informe identifica 124 ataques contra objetivos religiosos desde marzo de 2011, incluidos bombardeos de casas de culto que no estaban cerca de ninguna instalación o equipo militar y la transformación de estas casas en centros de operaciones militares.
El 60% de los ataques (75) provienen de grupos favorables a Al-Assad y se llevaron a cabo contra 48 lugares cristianos. Las fuerzas oficialistas incluyeron el ejército sirio, seguridad nacional, milicias locales y milicias extranjeras chiítas.
Según el informe, 33 de los ataques fueron perpetrados contra 21 casas de culto por facciones de la oposición; 12 ataques provienen de grupos extremistas islámicos, incluidos el Estado Islámico (ISIS) y Tahrir Al-Sham (HTS).
La Gobernación de Alepo sufrió el mayor número de ataques contra iglesias cristianas, seguido por la Gobernación de Homs y luego los suburbios de Damasco.
Las fuerzas del régimen sirio fueron responsables del mayor número de ataques en la Gobernación de Homs, con 27 incidentes y otros 20 incidentes en los suburbios de Damasco. Las fuerzas de la oposición fueron responsables de 24 incidentes en la Gobernación de Alepo, según el informe.
El ataque a las iglesias en Siria cae dentro de un "contexto más general" que solo la confrontación de fuerzas militares contra opositores, dijo Ghany a los periodistas el lunes, y agregó que los objetivos también incluyen otras instituciones civiles, incluidos hospitales y escuelas.
El Obispo de la Eparquía de Newton (Estados Unidos), Mons. Nicholas James Samra, dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que "la situación es muy complicada" en Siria y pidió precaución al interpretar los hallazgos del informe.
El Prelado dijo que muchos cristianos en la región todavía ven a Al-Assad como la mejor opción para su propia seguridad.
"El gran temor de los cristianos, la mayoría, es que si él (Assad) se va, ¿quién entrará? Y ese es el gran, gran miedo", aseguró.
Si bien ambas partes atacaron iglesias cristianas, el régimen de Bashar Al-Assad lo hizo de manera más efectiva y con mejores armas, según el informe.
Según la evidencia obtenida de varios de los ataques (metralla, análisis fotográfico, análisis de las fuerzas que controlaban el área en el momento del ataque), se descubrió que el régimen oficialista atacó a más iglesias, a pesar de tener una mayor capacidad para atacar instalaciones específicas y menos probabilidades de golpear accidentalmente un templo mientras bombardea un vecindario.
El régimen justificó sistemáticamente los ataques contra las iglesias al decir públicamente que se habían convertido en centros de operaciones para las fuerzas de oposición, dijo el lunes a los periodistas Erica Hanichak, de Americans for a Free Syria (Estadounidenses para una Siria Libre).
Por su parte, Mons. Smara dijo que, tras visitar Siria y mantener contacto con los cristianos locales, empezó a dudar de las conclusiones del informe: "Dudo mucho si el régimen del régimen de Assad es responsable del bombardeo de las iglesias y sitios religiosos. No creo que el presidente sea tan radical".
El informe señala que algunas iglesias sufrieron múltiples ataques. La iglesia de Nuestra Señora de la Paz en Homs fue atacada siete veces por las fuerzas del gobierno sirio, y la iglesia de San Takla en los suburbios de Damasco fue atacada cuatro veces.
La oposición armada atacó cuatro veces a la Iglesia Ortodoxa Romana de la Santa Cruz en Damasco, así como a las iglesias de Alepo durante los combates con las fuerzas del régimen en 2012 y 2013.
Algunas iglesias fueron atacadas varias veces por múltiples agrupaciones. La Iglesia Armenia de Independencia en Raqqa fue atacada tres veces, dos veces por ISIS y una vez por las fuerzas del régimen sirio. La iglesia de San Samaan en los suburbios de Alepo fue atacada una vez por las fuerzas del régimen sirio, una vez por el Frente Al-Nusra y una vez por facciones de la oposición armada.
El informe también señala que seis de los ataques de las fuerzas del régimen fueron en respuesta a los intentos de convertir las iglesias en instalaciones militares; ISIS hizo eso dos veces con las iglesias.
En julio, el Papa Francisco envió una carta a Al-Assad, implorándole "para proteger la vida de los civiles y preservar las principales infraestructuras, como escuelas, hospitales y centros de salud" en Idlib, provincia del norte de Siria donde se concentraron los principales combates entre el ejército sirio, junto con sus aliados rusos, contra la fuerzas rebeldes contrarias al régimen de Al-Assad.
Durante el enfrentamiento se culpó a las fuerzas del régimen por el bombardeo de objetivos civiles, incluidos mercados y hospitales, y por el uso de armas químicas.
La carta del Papa Francisco del 22 de julio decía que "lo que está sucediendo" en Idlib "es inhumano y no puede ser aceptado".
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.